CIUDAD DEL VATICANO (AP) — El papa Francisco se reunió el miércoles con el padre de un niño británico que padece una enfermedad terminal luego de que un tribunal dictaminó que sus progenitores no pueden llevarlo a Italia para recibir más tratamiento médico.
Los padres de Alfie Evans, de 23 meses, libraron una larga batalla legal contra el Hospital Infantil Alder Hey por el cuidado del menor. Pidieron al Tribunal de Apelaciones la anulación de sentencias anteriores que bloquearon el tratamiento médico adicional para su hijo y ordenaron la retirada del soporte vital.
El padre de Alfie, Thomas Evans, se reunión con Francisco antes de la audiencia general de los miércoles que ofrece el pontífice, durante la cual se guardó un momento de silencio para rezar por el pequeño.
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En su segunda mención al caso de Alfie esta semana, Francisco dijo que el único que puede dar y quitar la vida es Dios: "Es nuestro deber hacer todo lo posible por cuidar la vida”.
"Quiero confirmar y repetir que el único dueño de la de vida es Dios y es nuestro deber es hacer todo para protegerla. Recemos para que se respete la vida de todos los personas y especialmente de estos dos hermanos", dijo Francisco al termino de la audiencia general celebrada en la plaza de San Pedro del Vaticano.
Ya el pasado domingo, después del rezo del Regina Coeli, el pontífice había pedido que se respete "la dignidad" de los enfermos y que sean tratados de manera adecuada a sus condiciones, tras citar los controvertidos casos del francés Vincent Lambert y del bebé británico Alfie Evans.
Vincent Lambert, de 41 años, lleva desde hace diez en estado vegetativo y Alfie Evans, de 23 meses, lleva hospitalizado y conectado a una máquina desde diciembre de 2016.
