Moscú, 23 mar (EFE).- Las nevadas montañas de Sochi, en el sur de Rusia, amanecieron hoy teñidas de amarillo tras caer una nevada traída por un frente cargado de partículas de arenas del desierto del Sahara, en el norte de África.
"El frente llegó desde el mar Mediterráneo, la isla de Creta y el norte de África, donde se han registrado tormentas de arena. Las partículas de polvo se condensaron en la atmósfera y cayeron precipitaciones coloreadas", explicó a los periodistas Andréi Bóndar, jefe del Centro Meteorológico de la región de Krasnodar.
Las fotografías publicadas por medios rusos muestran a esquiadores deslizándose por laderas de montaña que parecen dunas en un desierto.
En otras zonas de menos altura las precipitaciones cayeron en forma de lluvia rojiza, un fenómeno que también se registró en el sur de la vecina Ucrania y en Moldavia.
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Los meteorólogos rusos han emitido un mensaje tranquilizador a la población, que alertó a las autoridades al temer que el color de la nieve podía tener un origen químico, lo que podría representar algún peligro para la salud.
En la región ucraniana de Odessa, en el litoral del mar Negro, se han observado precipitaciones de nieve rosa, mientras que en Moldavia los ciudadanos informan de nieve amarilla y naranja.
"Las pruebas de laboratorio han revelado una mezcla arenosa en las muestras de la nieve, en la que no se han encontrado agentes químicos dañinos para la salud", escribió en Facebook el alcalde de la localidad de Ismail (Odessa), Andréi Abramchenko.
Las calimas originadas en el norte de África como consecuencia de las tormentas de arena en esa zona afectan estos días a varias regiones del Mediterráneo, sobre todo a la isla griega de Creta, cuyas autoridades han advertido de los peligros para la salud a las personas que sufren enfermedades de las vías respiratorias.