Fenn Settle, de 25 años, se despabiló en medio de una intervención quirúrgica en su abdomen y sintió todo el punzante dolor sin poder comunicarlo a los cirujanos.
Sufría una ruptura del apéndice, pero además, dijo, se sentía como si se estuviera "ahogando hasta la muerte con la tapa de una botella", debido a un tubo de aire insertado en su garganta.
Según recoge el periódico Metro, trató de parpadear, mover los dedos de las manos o los pies en un intento de llamar la atención de los médicos, pero las extremidades no le obedecían.
El máximo horror le provenía de la sensación de tener una tapa de botella en la garganta. "Traté de escupirla, pero no pude y me sentí como si me estuviera ahogando hasta la muerte", confesó a los periodistas. "Todo pasó por mi mente: ¿volverás a ver a tu familia?"
Médico: "Me asustaría a mí mismo"
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El paciente intentó incluso contener la respiración para volver a perder el sentido lo más rápido posible. Entonces se dio cuenta "de que podía escuchar voces, el pitido de las máquinas y una presión punzante en el abdomen". Finalmente tomó una "decisión consciente": orinar sobre la mesa de operaciones, y fue lo único que funcionó.
Posteriormente, en la sala post-operatoria, el joven dijo a las enfermeras: 'Me recuerdo de todo', pero le aseguraron que "era solo un sueño". Y a la mañana siguiente un médico lo visitó y le sugirió que no 'googleara' sobre el tema "porque me asustaría a mí mismo".
El incidente, solo ahora difundido, tuvo lugar en un hospital de la ciudad de Huddersfield, en el norte de Inglaterra, en marzo de 2016. Fenn volvió al trabajo una semana después de la operación, pero desde entonces ha sufrido de estrés postraumático y recuerdos recurrentes, informa el diario. Atribuye el haber permanecido despierto en el quirófano a una subestimación de su peso por parte de los médicos que le pusieron la anestesia.