El Gobierno francés ya lo propuso hace unos días y este martes su portavoz, Benjamin Griveaux, ha comentado en una entrevista con la cadena BFMTV las medidas que va a llevar a cabo el Ejecutivo para plantarle cara al acoso sexual.
En concreto, los gestos y comentarios obscenos, así como los silbidos, estarán penados con una multa de 90 euros por acoso en calles o en el transporte público. "En Isla de Francia, el 90% de las mujeres que utilizan el transporte público consideran que han sido víctimas de violencia física o verbal o de algún tipo de acoso", señaló Griveaux en televisión.
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"Debemos poner fin a esto". Esta acción forma parte de las conclusiones de un informe del equipo de Macron, que pidió un paquete de medidas para penalizar el acoso en la calle, y a través del que se quiere imponer multas de entre 90 a 750 euros. "Se sancionará cualquier propuesta, comportamiento o presión de índole sexista o sexual". La cuantía dependerá de la rapidez con la que el agresor efectúe el pago.
"Frenar a la persona que es violenta en el espacio público es una manera de luchar contra todo acto de violencia sexual", comentó hace unos días Marlène Schiappa, al frente de la iniciativa. "Igual que hemos sabido definir el acoso moral en el trabajo en la ley, podemos definir el ultraje sexista".
Las recomendaciones deberán ser debatidas aún en el ministerio y, una vez registradas como propuesta de ley, en la Asamblea Nacional, pero los diputados ya celebran su implantación.
Las Naciones Unidas ha alertado que unos 64.000 mujeres y niñas son asesinadas en el mundo cada año, de las cuales 14 de los 25 países con mayor saldo de feminicidios se encuentran en América Latina y el Caribe.