El día de San Valentín trae brillo al centro diamantino mundial en Bélgica

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Brillantes anillos de diamantes lucirán en todo el mundo en este día de los enamorados y la mayoría habrán pasado por un distrito sombrío de Amberes, principal puerto de Bélgica y capital mundial del comercio de esta gema desde hace casi seis siglos.

"Si usted compra un diamante o se plantea hacerlo para el día de San Valentín, la probabilidad es alta de que los diamantes pasaron por Amberes", asegura la portavoz de la industria Margaux Donckier.

Y, frente al brillo de las piedras preciosas, este distrito cercano a la imponente estación de ferrocarril no destaca por nada en particular, sino por sus desgastadas fachadas, pero por una buena razón: la seguridad.

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"Es un mini Fort Knox", asegura Shashin Choksi, un comerciante nacido en la India después de enviar un cargamento de diamantes pulidos valorado en 300.000 dólares a Hong Kong.

Alrededor de 2.000 cámaras de seguridad observan el paso de personas, coches y vehículos blindados en el 'Diamantkwartier', donde, en 2003, ladrones robaron diamantes y otras joyas por un monto de 100 millones de dólares de las cajas fuertes de este distrito.

Amberes representa el 84 por ciento del comercio mundial de la producción diamantes en bruto y el 50 por ciento de diamantes pulidos, según el gremio reunido en el Antwerp World Diamond Centre (AWDC).

Las 1.700 empresas de diamantes basadas en esta ciudad portuaria importaron o exportaron por un monto de 48.000 millones de dólares en 2016, el último año con cifras disponibles, según el AWDC.

Un mundo 'en la mesa' 

Choksi ama el cosmopolitismo del sector en esta ciudad del norte de Bélgica de habla holandesa, que incluye a comerciantes de su India natal, pero también de Líbano, Israel, Rusia, China, Japón y Corea del Sur.

Para el comerciante indio, el período de ventas de Navidad es el más importante, pero, para otros, los principales beneficios giran en torno al día de San Valentín, al Año Nuevo chino, la temporada de bodas en la India o el festival hindú de Diwali.

El comercio europeo con el subcontinente indio fue precisamente lo que hizo que Amberes comenzara a comercializar diamantes hace 570 años, cuando el puerto flamenco formaba parte de un emporio comercial mundial junto a otras ciudades cercanas como Brujas, Gante y Ámsterdam.

Actualmente, Amberes se enfrenta a crecientes rivales en India como Bombay, un centro comercial de rápido crecimiento, y Surat, una importante ciudad para el corte y pulido de las gemas, así como en Emiratos Árabes Unidos, en Israel y en China.

"Enfrentamos competencia desde hace al menos diez años, pero seguimos siendo el principal actor del mundo", afirma Donckier, para quien además de aferrarse al legado de siglos, también invierten para mantener Amberes como "líder mundial".

La ciudad portuaria belga sigue siendo el punto de partida para los gigantes mundiales de la minería, entre ellos el ruso Alrosa y el sudafricano De Beers.

"En mi mesa tengo todo el mundo. ¿Por qué iría a otro lado?", asegura Choksi en sus oficinas protegidas por numerosas cerraduras y decoradas con fotos de su familia y un tapiz indio.

Junto a su esposa Vinita, facturan alrededor de 6,5 millones de dólares anuales, lejos de los 800 millones que, según explica, un actor principal puede llegar a hacer en la ciudad portuaria belga.