Londres, 30 ene (EFE).- Los niveles de contaminación de la capital británica alcanzaron su límite legal para 2018 a un día de terminar el primer mes del año, creando alarma entre grupos de defensa del medioambiente y los ciudadanos.
El dato se aproxima al registrado en 2017, cuando se llegó a los límites legales de polución antes de que terminara la primera semana del año, concretamente el día 6 de enero.
Grupos de activistas defensores del medioambiente recalcaron que, aunque las políticas propuestas por el Ayuntamiento de Londres durante el último año pueden explicar la mejora relativa, es probable que, en cambio, se deban a las condiciones meteorológicas, que podrían haber dispersado las partículas en el aire.
Estas mismas organizaciones apuntaron que la gravedad de la situación requiere intervención estatal y urgieron al Gobierno del Reino Unido a tomar medidas para contrarrestar el problema, entre las que destacaron la creación de zonas "de aire limpio" en las regiones de mayor concentración de polución.
Asimismo, un portavoz de Greenpeace declaró a los medios británicos que esta situación es parte del "espectáculo anual que evidencia el fracaso abyecto del Gobierno a la hora de controlar la contaminación del aire de nuestras ciudades".
Según estimaciones del Ejecutivo, Reino Unido no podrá cumplir con los límites legales de contaminación por dióxido de nitrógeno hasta 2026, una información que, a su vez, fue constatada por Karmenu Vella, comisario europeo a cargo de la comisión de Medio Ambiente, Asuntos Marítimos y Pesca.
La contaminación del aire está asociada a la muerte temprana de unas 40.000 personas al año en el Reino Unido, así como al incremento de dolencias que afectan a los sistemas cardiovascular y respiratorio, como el asma.