Una potente tormenta azotó Europa este jueves con vientos y nieve, matando a por lo menos siete personas en tres países, volcando camiones y obligando a cancelar vuelos y trenes.
Debido a árboles caídos murieron dos hombres, ambos de 62 años de edad, en Holanda, una mujer al sur de Bruselas, un hombre de 59 años en un campamento en el poblado alemán de Emmerich, cerca de la frontera con Holanda, y un bombero en la aldea alemana de Bad Salzungen.
En Lippstadt, en el oeste de Alemania, el conductor de un automóvil murió cuando perdió el control del vehículo y se metió al canal en dirección contraria.
En el estado oriental de Brandeburgo, una ráfaga provocó el vuelco de un camión y la muerte de su conductor en la carretera.
Al menos dos personas resultaron muertas y otras seis sufrieron heridas de diversa consideración como resultado del fuerte temporal en Holanda.
En uno de los accidentes, a un hombre de 62 años que salió de su camión para quitar una rama de la carretera le cayó otra encima que lo mató en el acto, en la localidad de Wesenberg, al norte de Holanda, informó la policía local de la región de en su cuenta oficial de Twitter.
La segunda víctima mortal fue otro hombre que se encontraba dentro de su vehículo cuando le cayó encima un árbol, en la región de Enschede, al este del país.
En otro incidente, el conductor de un autobús escolar resultó herido grave y cinco niños sufrieron heridas de diversa consideración, después de que el vehículo chocara contra un árbol a causa de la tormenta.
Según informó la Policía, el accidente del autobús escolar tuvo lugar en la región de Brabante, al sur del país, cuando el conductor perdió el control del vehículo y chocó contra un árbol debido a las condiciones meteorológicas.
Las redes sociales en Holanda exhibían imágenes de gente cayéndose de sus bicicletas por el viento, contenedores de cargo zafándose de los barcos y daños a edificios, incluyendo la pérdida del techo de un conjunto residencial en Rotterdam.
En Bélgica también se sentían los efectos de la tormenta, que provocaron el cierre del puerto de Gante por los fuertes vientos; en Bruselas se canceló el servicio de tranvías.
En Gran Bretaña, miles de viviendas se quedaron sin electricidad y los fuertes vendavales dañaron los cables que energizan a los trenes y tumbaron árboles sobre las ferrovías, provocando severas demoras en el sistema.
Las condiciones de las carreteras en Escocia eran sumamente peligrosas y las autoridades exhortaron a la ciudadanía a no usarlas debido a la lluvia, la nieve y los vientos.
En Rumania las tormentas obligaron a las autoridades a cerrar escuelas, carreteras y puertos y miles de viviendas se quedaron sin electricidad.
La tormenta, con vientos de hasta 143 kilómetros por hora, activó el código rojo en Holanda y provocó también el cierre temporal del espacio aéreo de los aeropuertos de Ámsterdam y Rotterdam, provocando la cancelación de cientos de vuelos.
Ambos aeropuertos anunciaron que el espacio aéreo se comenzará a reabrir de forma gradual a primera hora de la tarde, cuando se calcula que remita la tormenta.
Algunos pasajeros, que entraron en sus aviones cuando el espacio aéreo todavía estaba abierto, se vieron obligados a permanecer en el interior de las aeronaves.