El premio mayor de la lotería de Navidad española, el "gordo", recayó en varios empleados de un asilo de ancianos de Campo de Criptana, una localidad muy deprimida de Castilla-La Mancha, donde una de cada cinco personas está desempleada.
Los empleados del asilo, vestidos con sus uniformes blancos impolutos, saltaban y cantaban, mientras brindaban con espumante para celebrar el premio compartido que asciende a más de 10 millones de euros, según las imágenes difundidas por la televisión española.
El portador de la suerte fue un camionero que trabaja como voluntario en el asilo – ubicado en el centro de España – y que en uno de sus viajes a Galicia, en el noroeste, llevó de vuelta a la llanura manchega 30 billetes de la serie ganadora.
El camionero guardó dos décimos para él, entregó dos a sus hermanos y vendió los 26 restantes a los trabajadores del asilo.
"Estoy encantado de haber llevado tanta suerte y tanto dinero a mi pueblo", dijo al diario El Español, Jesús Martínez, de 54 años.
Costumbres que atraen prosperidad y dinero en navidad y año nuevo
El primer premio benefició a 22 empleados del hogar, que compraron al menos una participación del premio mayor, cada una de ellas valorada en 400.000 euros (475.000 dólares).
"Son trabajadores que lo necesitan de verdad", celebró la directora del asilo, Ana María Campos.
El alcalde de la localidad, Antonio Lucas-Torres, dijo sentir "mucha alegría".
"Todo lo que sea que traiga dinero en Criptana es bueno porque repercute en la economía de la ciudad", afirmó.
"Se lo merece todo el mundo, pero estas personas de forma muy especial porque son muy trabajadores. Han dado lo mejor de sí mismos a esta residencia", agregó el alcalde de la localidad, donde viven cerca de 14.000 habitantes.
En esta árida zona de España, cuyo paisaje está adornado por molinos centenarios, la tasa de desempleo es de 19,4%.
La lotería de Navidad en España es una tradición de la temporada de fin de año.
Los números ganadores fueron "cantados", como cada año, por los niños de la escuela madrileña de San Ildefonso, en un sorteo que se prolonga por unas cuatro horas y es transmitido en vivo por numerosos medios.
El juego tiene la característica de ser muy social: familias enteras o trabajadores de una empresa compran participaciones del mismo número, que cuestan unos 20 euros cada una, y así comparten la suerte.