Ginebra, 28 nov (EFE).- El número de migrantes indocumentados y refugiados muertos en el Mediterráneo superó el pasado fin de semana los 3.000 en lo que va de año, lo que supone el cuarto año consecutivo que los fallecimientos superan esta cifra, dijo hoy la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
El portavoz de la organización Joel Millman recordó en la rueda de prensa bisemanal de la ONU en Ginebra que desde la tragedia de Lampedusa en octubre de 2013, donde murieron más de 360 personas, el número de fallecidos ya sobrepasa los 15.000, más del 50 % de los refugiados muertos en el mundo en los últimos cuatro años.
"Lo hemos dicho durante años y lo seguiremos diciendo, no es suficiente con contabilizar estas trágicas estadísticas, debemos actuar", manifestó en un comunicado el director general de la OIM, William Lancy Swing.
El Proyecto de Migrantes Desaparecidos de la OIM informó de que hasta el pasado 24 de noviembre se habían registrado 2.993 muertes en las tres principales rutas del Mediterráneo.
Pero el fin de semana se sobrepasaron los 3.000 después que se conocieran las muertes de ocho personas en la ruta entre el norte de África y España y el fallecimiento de un niño de 10 años procedente de Afganistán en la isla griega de Lesbos.
La organización también documentó la muerte de 31 personas en un incidente ante la ciudad costera de Garabulli, en Libia, después que la embarcación naufragara y teme que haya otros desaparecidos.
Estos últimos fallecimientos sitúan en 3.033 la cifra de muertes registradas en lo que va de año en el Mediterráneo, lo que equivale a una media de 10 muertos por día desde enero.
"El año 2017 es el año en el que se ha alcanzado el umbral de los 3.000 fallecidos más tarde", subrayó Millman, quien recordó que el año pasado se superó esta cifra en el mes de julio, mientras que en 2014 y 2015 se sobrepasaron los 3.000 fallecidos en septiembre.
El portavoz concluyó que, a pesar de que la cifra de fallecidos ha disminuido en 2017, "el Mediterráneo sigue siendo una de las rutas más mortíferas del mundo".