En la plaza de la Bastilla decenas de miles de manifestantes reafirmarán su rechazo al plan laboral del presidente francés, que aseguran facilita el despido.
Convocados por la Francia Insumisa, decenas de miles de personas toman este sábado las calles de París nuevamente para protestar contra la reforma laboral del presidente francés Emmanuel Macron, quien aprobó en la víspera alguna de sus disposiciones.
El líder del movimiento Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, hizo una llamada a los descontentos a que salieran a la calle para protestar contra el plan del presidente Macron, de reducir las protecciones a los trabajadores.
La plataforma de Mélenchon dijo que llevaría en autobús a manifestantes de más de 150 localidades en una marcha que comienza en la plaza de la Bastilla a partir de las 14H00 locales (12H00 GMT).
Aunque otros grupos activistas prometieron unirse, se prevé que las acciones de demanda entren en una nueva fase a partir del lunes, cuando arranquen las huelgas anunciadas por algunos sindicatos de camioneros, que tienen intención de bloquear, en particular, depósitos de carburante para afectar a la actividad económica.
Los cinco decretos ley que firmó Macron delante de las cámaras se publicaron este sábado en el Diario Oficial, lo que hace que muchas de sus disposiciones sean inmediatamente aplicables, a pesar de que hace falta su paso por el Parlamento para que tengan carácter pleno.
Mélenchon, quien denuncia de "golpe de Estado social", pidió la retirada de los decretos y condenó la forma en la que Macron aprobó las reformas al evitar un debate parlamentario, algo que el líder de ultraizquierda describe como "autoritario".
Entre los decretos destacan varios por su polémica, como un máximo en las indemnizaciones por despido improcedente, que ponen coto a la incertidumbre que tenían las empresas, ya que los jueces podían hasta ahora fijar el monto con libertad. Las medidas también facilitan el despido. El presidente afirma que los cambios son necesarios para competir en la economía global, mientras que sus rivales alegan que desmantela el estilo de vida francés.
Las medidas también facilitan el despido. El presidente afirma que los cambios son necesarios para competir en la economía global, mientras que sus rivales alegan que desmantela el tradicional estilo de vida francés.