El gobierno británico aceleró el viernes la ayuda a los damnificados del huracán Irma en sus territorios del Caribe después de ser acusado de responder tarde y de que las Islas Vírgenes Británicas decretaran el estado de emergencia.
El paso del huracán fue "absolutamente devastador", dijo la primera ministra británica Theresa May a la BBC. "Para algunas personas, todo ha quedado destruido", añadió.
Londres aumentó el fondo económico de ayuda y despachará este mismo viernes dos aviones transportando "personal, suministros y equipamiento de rescate", dijo a la AFP un portavoz del ministerio de Defensa.
El vocero dijo que al menos uno de los aviones se dirigirá a las Islas Vírgenes Británicas, un archipiélago de 28.000 habitantes que fue golpeado con toda su fuerza por el devastador huracán.
"He declarado el estado de emergencia", anunció en un mensaje grabado Gus Jaspert, gobernador de este territorio de ultramar británico.
"Además de daños estructurales, hemos recibido lamentablemente informaciones de heridos y muertos", añadió, sin precisar cifras.
En Turcos y Caicos, otro territorio británico golpeado por el huracán, la agencia de prevención de desastres pidió a "todos los residentes y turistas que permanezcan a resguardo".
May elevó el jueves de 12 a 32 millones de libras (41,8 millones de dólares, 34,8 de euros) el fondo de ayuda a las víctimas del desastre.
Sin embargo, los habitantes de los territorios británicos del Caribe se quejaron de falta de previsión de Londres y del retraso en la ayuda, y lamentaron no recibir la misma atención que otras posesiones de ultramar.
"Los habitante de Anguila son ciudadanos británicos, tan británicos como los de las Malvinas o los de Gibraltar", se quejó a The Guardian Dorothea Hodge, ex representante del gobierno de Anguila ante el Reino Unido y la Unión Europea, calificando de "desgracia" la respuesta de Londres "al peor huracán visto en territorio británico desde los años 1920".