Unos 25.000 peregrinos eran esperados el martes en Lourdes, en el suroeste de Francia, para la tradicional peregrinación de la Asunción, en medio de un importante dispositivo de seguridad.
El célebre santuario del suroeste de Francia es uno de los principales destinos de peregrinación del mundo, con un promedio de cuatro millones de peregrinos por año.
Trecientos miembros de las fuerzas de seguridad fueron movilizados para garantizar la seguridad de la peregrinación, 200 menos que en 2016.
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En 2016 el gobierno había adoptado un dispositivo de seguridad excepcional tras el asesinato el 26 de julio del cura Jacques Hamel, cuando oficiaba la misa, doce días después de la matanza en la ciudad de Niza (sureste), que había dejado 86 muerto y más de 400 heridos.
Unos 300 policías, gendarmes y soldados patrullan en las calles de Lourdes, mientras que la policía aérea y fronteriza vigila las rutas de acceso al lugar santo.
Desde su creación en 1873, la peregrinación católica más importante de Francia celebra la asunción al cielo de María, la madre de Cristo, según el dogma católico.
Tradicionalmente, a comienzos de la tarde se lleva a cabo una misa por Francia y el mundo en la Gruta de Massabielle, donde en 1858, según dicen los católicos, la Virgen apareció ante la joven pastora Bernadette Soubirous.
En contexto
Papa aboga por aceptar migrantes como muestra de hermandad
El papa Francisco elogió el lunes la aceptación de migrantes como muestra de hermandad, aún cuando la bienvenida en Europa esté disminuyendo.
Francisco exhortó a los cristianos, los jóvenes y "todas las personas de buena fe que consideren la presencia de los migrantes como una oportunidad para crecer como humanos, encontrarnos y dialogar", así como una oportunidad de practicar la caridad.
El sumo pontífice envió un mensaje a una conferencia católica en el sur de Italia que promueve la hermandad en el área del Mediterráneo.
En los últimos años, Italia ha aceptado cientos de miles de solicitantes de asilo, muchos de ellos migrantes por razones económicas, que fueron rescatados en alta mar en botes de contrabandistas procedentes de la costa de Libia.
Varios países europeos se han negado a acatar las cuotas de asilo establecidas por la Unión Europea para distribuir a los migrantes. Muchos políticos italianos dicen que la paciencia de Italia para cuidar a migrantes se está agotando.
