Unos 1.600 bomberos luchaban contra las llamas este jueves en once incendios forestales en el centro y el norte de Portugal, indicaron los servicios de protección civil.
La principal fuente de inquietud, un incendio que se desató en la región de Abrantes (centro), quedó bajo control pasada la medianoche.
De un total de 62 incendios forestales registrados el jueves, once seguían avanzando por la noche, mientras que el resto permanecía bajo control o disminuía en intensidad, según el sitio internet del servicio portugués de protección civil.
En Abrantes, en la región de Santarém, a un centenar de kilómetros al noreste de Lisboa, trabajaron unos 800 bomberos respaldados por 250 vehículos, para luchar contra las llamas que llegaron a alcanzar los alrededores de la ciudad.
"Ardió toda la jornada", relató a la AFP Matilde Simao, habitante de un pueblo evacuado de Pucarica.
Densas columnas de humo se elevaban en el cielo en el entorno de Abrantes, cubriendo prácticamente todo el horizonte ante los habitantes inquietos de pueblos rodeados por las llamas, constató un periodista de AFP.
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Los pueblos de Braçal, Medroa y Amoreira también fueron evacuados por la tarde, mientras algunos habitantes intentaban ayudar con simples baldes de agua o mangueras, según imágenes transmitidas por la televisión portuguesa.
Las autoridades tomaron la decisión de prohibir el acceso a la autopista A23 y a varias rutas nacionales, por la presencia de un foco ígneo que ya destruyó a varias casas de veraneo pertenecientes a gente radicada en el extranjero o en Lisboa, precisó Maria do Céu Albuquerque.
Los bomberos explicaron que la sequía asociada a fuertes vientos que cambian rápidamente de dirección complican su lucha contra las llamas.
– Incendios muy complejos –
"Afrontamos incendios de una gran complejidad, con vientos inconstantes y temperaturas elevadas", explicó en una conferencia de prensa una portavoz de la protección civil, Patricia Gaspar.
Las mismas condiciones meteorológicas se prolongarán hasta el próximo domingo.
Ante la gran cantidad de incendios declarados en todo el país, el dispositivo bilateral instaurado con España fue activado, con el envío de un avión cisterna Canadair y un Canadair marroquí también fue puesto a disposición de Portugal, agregó.
Un incendio cerca de Mealhada (norte), provocó el cierre en ambos sentidos de la autopista A1, la principal de Portugal que une a la capital con Porto, sobre un trayecto de unos 30 kilómetros. La A14 también fue cortada sobre una decena de kilómetros.
En Grandola (sur), en la región de Setubal, otro incendio obligó a la autoridades a suspender el tráfico ferroviario de la Línea Sur, que une a Lisboa con la región turística de Algarve.
Otros incendios importantes avanzaban en las regiones de Vila Real (norte), donde un hombre de 61 años sospechado de de haber encendido un fuego en la comuna de Lordelo fue detenido, así como en Castelo Branco (centro).
En respuesta a las temperaturas elevadas, todas las regiones de Portugal fueron colocadas en alerta naranja de riesgo de incendio, el segundo nivel más elevado.
A mediados de junio, un gigantesco incendio en Pedrogao Grande causó 64 muertos y más de 200 heridos, destruyendo durante cinco días el centro de Portugal, antes de quedar bajo control.
Tras el drama, Portugal adoptó una reforma forestal para reducir la cantidad de eucaliptos presentes masivamente en su territorio, un tipo de árbol particularmente inflamable.