El presidente de Alemania sancionó la ley que legaliza los matrimonios homosexuales en el país, allanado el camino para su entrada en vigor en otoño.
Los legisladores germanos aprobaron el proyecto de ley el pasado 30 de junio en la última sesión del parlamento antes de las elecciones generales de septiembre. La aprobación fue posible después de que la canciller, Angela Merkel, cuyo partido conservador era reticente a legislar sobre el asunto, diese libertad a sus diputados para votar de acuerdo con su conciencia.
El presidente de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, sancionó la norma el jueves, según dijo el viernes la oficina presidencial. La ley entrará en vigor, como pronto, el 1 de octubre.
Alemania permitía desde 2001 que las parejas homosexuales se inscribieran como parejas civiles, pero los enlaces seguían siendo ilegales. El cambio equipara al país con muchas otras naciones occidentales.
Aprobación del Parlamento
La iniciativa, a tres meses de las elecciones generales, fue apoyada por 393 diputados y 226 en contra.
Respaldaron el proyecto los diputados del Partido Socialdemócrata (SPD), de La Izquierda y los Verdes, además de miembros de la Unión Cristianodemócrata (CDU) que lidera Merkel, que dio libertad para que se votara en conciencia.
La canciller fue una de las primeras en depositar su voto en la urna colocada en el centro del salón de plenos y eligió la tarjeta roja, que representaba el "no" a la legalización del matrimonio homosexual.
El portavoz socialdemócrata, Thomas Oppermann, defendió el paso dado por su partido, que forzó que se debatiera la iniciativa antes de finalizar la legislativa rescatando un proyecto de ley de 2015 del estado federado de Renania-Palatinado que ya había pasado por el Bundesrat, la cámara alta, y que estaba aparcado en el Bundestag.
"Esta decisión quizá no es buena para la coalición, pero es buena para las personas, y buena para el Parlamento", manifestó Oppermann, quien rechazó que sea necesario reformar la Constitución.
"Si el matrimonio para todos llega, se habrá dado algo a alguien, pero no se le habrá quitado nada a nadie", subrayó intentando convencer a los diputados reticentes, a quienes mostró su respeto.