Londres, 10 jul (EFE).- Los abogados de los padres del bebé británico Charlie Gard, quien se encuentra enfermo en fase terminal, pidieron hoy permiso a la justicia para seguir tratándole en el extranjero, con el argumento de que existen "nuevas pruebas" de que una terapia experimental podría mejorar su condición.
El juez Nicholas Francis, del Juzgado de Familia del Tribunal Superior de Londres, pospuso el caso hasta el jueves, tras escuchar hoy los alegatos generales de las partes en una audiencia preliminar.
Los abogados de los progenitores, Chris Gard y Connie Yates, afirmaron que hay siete investigadores y médicos extranjeros que aseguran que un tratamiento en fase experimental, que ni siquiera ha sido probado en ratones, podría ayudar al pequeño.
Explicaron que unos nuevos datos, no divulgados, sobre la llamada terapia de nucleósidos indican que existe "una pequeña probabilidad" de que induzca "una mejora clínica drástica" en el niño, que padece el síndrome de depleción de ADN mitocondrial, un extraño desorden que inhabilita la capacidad del cuerpo de dar energía a los músculos, hasta que el cuerpo sufre una falla respiratoria total.
A la luz de estas "nuevas pruebas", los abogados piden permiso al juez para desconectar a Charlie, de once meses de edad, de las máquinas que le mantienen con vida en el hospital londinense de Great Ormond Street, a fin de trasladarle a otro país para recibir esta terapia, seguramente a Estados Unidos.
Los abogados del Great Ormond Street Hospital, que aboga por dejar morir dignamente al niño, que no tiene ninguna función activa, sin someterle a más sufrimiento potencial, cuestionaron que existan novedades sobre la eficacia de ese tratamiento.
Por su parte, el juez Francis ha subrayado que, aunque "no hay ningún ser vivo que no quisiera salvar a Charlie", él deberá tener "la certeza" de que hay "nuevas pruebas" de que puede mejorarse su calidad de vida antes de autorizar el traslado.
Este juez ya falló previamente a favor del hospital londinense, y también el Tribunal Supremo británico -la máxima instancia judicial del Reino Unido-, mientras que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos desestimó el recurso de los padres.
El hospital de Great Ormond Street pidió el pasado viernes al Tribunal Superior que vuelva a analizar el caso después de recibir dos cartas firmadas por expertos de varios países, entre ellos España, que abogan por el tratamiento experimental.
Durante la vista de hoy, Yates y Gard, que han protagonizado una intensa campaña internacional para lograr que su hijo continúe conectado para seguir tratándole, increparon a los representantes del hospital londinense.
"¿Cuándo van a empezar a decir la verdad", afirmó Chris Gard durante la audiencia.
La pareja, que ha contado con el apoyo del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el papa Francisco, entregaron el domingo al hospital de Great Ormond Street una petición firmada por 350.000 personas para que se permita a su hijo viajar a EEUU para ser tratado.
A través de una campaña por internet, Connie Yates y Chris Gard han logrado recaudar además 1,3 millones de libras (1,5 millones de euros) para financiar el tratamiento de su hijo en un hospital estadounidense o de otro país.