Roma, 5 jul (EFE).- El Ministerio italiano de Exteriores informó hoy de que el Reino Unido considera que el traslado a Roma del bebé británico Charlie Gard, afectado de una enfermedad rara y mortal, no se puede realizar por "razones legales".
Así lo comunicó hoy el jefe de la diplomacia británica, Boris Johnson, a su homólogo italiano, Angelino Alfano, con quien habló por teléfono, según el ministerio italiano.
Johnson "expresó gratitud y agradecimiento" por la oferta italiana pero explicó que "razones legales" impiden aceptarla, explicó el ministerio en un comunicado.
Durante la conversación, Italia formalizó la proposición hecha por el centro pediátrico "Bambino Gesú", dependiente del Vaticano, el pasado 3 de julio, pero se encontró hoy con la negativa británica oficial.
Por su parte, el centro médico romano comunicó ayer que está "preparado" para acoger a Charlie Gard porque "defender la vida humana, sobre todo cuando está herida por la enfermedad, es un compromiso de amor que dios confía a cada hombre".
Además, el secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin, había dicho a medios locales que la Santa Sede haría lo que estuviera en sus manos para superar los obstáculos legales que impiden el traslado del pequeño Charlie al "Bambino Gesú".
Charlie Gard padece una rara enfermedad genética, una variedad grave de encefalopatía mitocondrial que le ha causado daño cerebral y le impide respirar por su cuenta o mover sus extremidades.
La negativa que dio hoy el Reino Unido al traslado del bebé a Roma se basa en la resolución del pasado 28 de junio del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), que respaldó la decisión de la Justicia británica de dar una muerte digna al bebé de diez meses y rechazó así el recurso de los padres, Christopher y Constance Gard.
Los padres recurrieron al tribunal europeo cuando los tribunales británicos autorizaron que Charlie fuera privado de la respiración artificial y argumentaron que el país había vulnerado su derecho a la vida, al oponerse el Great Ormond Street Hospital de Londres a un tratamiento experimental en Estados Unidos.
Por su parte, el papa Francisco ha pedido que se permita a los padres del bebé "tratarle hasta el final", según declaró el pasado 2 de julio el portavoz vaticano, Greg Burke.