Unos 4.400 migrantes fueron socorridos el jueves y el viernes en el Mediterráneo, en múltiples operaciones coordinadas por los guardias costeros italianos y libios.
El viernes, 1.500 personas hacinadas en 11 lanchones neumáticos y dos barcazas fueron rescatadas por buques de los guardacostas italianos, la Armada española y la organización no gubernamental alemana Jugend Rettet.
El jueves se socorrieron a unos 2.900 migrantes. De estos, unos 2.300 fueron recuperados en aguas internacionales y trasladados hacia Italia, mientras que 580 fueron socorridos en aguas libias y reenviados a Libia.
Desde 2016 las partidas de Libia se hacen por olas: más de 13.000 personas fueron rescatadas en cinco días a fines de mayo de 2016, 14.000 en cuatro días a fines de agosto, 10.800 el 3 y 4 de octubre y 8.500 en Pascua de este año.
En cada ocasión, el segundo día es siempre delicado ya que numerosos barcos de rescate se dirigen hacia Italia para desembarcar los migrantes recuperados el primer día.
Ante una comisión parlamentaria la semana pasada en Roma, el almirante Vincenzo Melone, responsable de los guardacostas italianos, se quejó.
"Estamos ante una tragedia de dimensiones inverosímiles", dijo pidiendo a la agencia europea Frontex que "haga bajar" los buques que patrullan actualmente a 70 millas náuticas de Libia para evitar todo efecto incitativo.
Interrogada el viernes por AFP, una portavoz de Frontex explicó que la agencia despliega actualmente once buques, de ellos ocho italianos, así como tres aviones y tres helicópteros, en el marco de la operación Tritón, que tiene como fin vigilar todo tipo de tráfico en el Mediterráneo central.
Varios buques de la marina de guerra y de los guardacostas italianos que auxilian a los migrantes son de esta forma financiados por la agencia europea.
Los migrantes rescatados en aguas libias son enviados hacia los centros de retención para luego ser repatriados a sus países. Muchos vuelven a caer en los circuitos extorsivos y de violencia organizada por las redes de traficantes.
El viernes, Médicos Sin Fronteras publicó un nuevo y abrumador informe sobre la situación en los campamentos: pocos alimentos, falta de agua, sobrepoblación, falta de higiene, lo que provoca numerosas infecciones, rastros de golpes.
Desde que empezó el año, más de 45.700 migrantes llegaron a las costas italianas, un alza de 30% con respecto al mismo periodo del año pasado, según un balance del ministerio de Interior que no toma en cuenta de los migrantes socorridos desde el jueves.
En paralelo, al menos 1.244 personas murieron este año en las costas de Libia, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).