Los países de la UE ven con mucho interés los sufragios franceses, ante una posible victoria de Marine Le Pen o de Jean-Luc Mélenchon.
La primera vuelta de las elecciones presidenciales francesas ya se realizan en al área metropolitana del país, bajo la atenta mirada de la Unión Europea (UE), cuyo futuro se dirime en la decisión de 45 millones de ciudadanos que elegirán entre 11 candidatos con propuestas abocadas al viejo continente.
De los 11 aspirantes, cuatro parten como los grandes favoritos: el socioliberal Emmanuel Macron, europeísta acérrimo; la ultraderechista Marine Le Pen, quien no descarta abandonar la UE de ganar la Presidencia; el conservador François Fillon quien opta por reformas al bloque; y el izquierdista Jean-Luc Mélenchon, quien amenaza también con dejar la Unión si no cambian los estatus de poder.
Los últimos sondeos otorgan a Macron y a Le Pen la ventaja para pasar a segunda vuelta, sin embargo, los números alcanzados por Fillon y Mélenchon —que rondan el 20 por ciento de intención de voto— añaden incertidumbre al resultado final.
Es decir que, por primera vez desde la constitución de la Quinta República Francesa (1958) los candidatos de los dos partidos emblemáticos de la nación, el Partido Socialista, representado por Benoît Hamon, y Los Republicanos —anteriormente conocido como Unión por un Movimiento Popular—, que concurre con Fillon, podrían quedarse sin opciones de ganar.
Sumado a esto, el presidente saliente, François Hollande, renunció a optar a la reelección, hundido en los sondeos, una decisión inédita desde 1958.
Y fue precisamente Hollande quien en marzo pasado declaró: "Sabemos que en estas elecciones no sólo está en juego el futuro de nuestro país sino el futuro de Europa. Si, contra lo esperado, la candidata del Frente Nacional (Le Pen) gana las elecciones, entonces comenzaría el proceso para salir de la eurozona e incluso de la UE".
Junto al miedo que genera Le Pen en los centros de poder, Mélenchon, tildado de extrema izquierda por algunos, abogó en su cierre de campaña por una "Europa insumisa" que cambie la perspectiva reinante. "Hay varias Europa posibles", acotó acompañado del líder de Podemos, Pablo Iglesias.