Huelga general en la Guayana francesa contra la inseguridad y el desempleo

Los sindicatos de la Guayana francesa convocaron una huelga general para este lunes para reclamar mejores condiciones laborales y protestar contra la inseguridad y las deficiencias de la atención sanitaria, un movimiento que podría paralizar su economía.

Un total de 37 sindicatos agrupados en la Unión de Trabajadores Guayaneses (UTG) aprobaron el sábado una "huelga general ilimitada" a partir del lunes, pese a que el gobierno envió el fin de semana una misión interministerial para dialogar con los manifestantes.

Desde hace varios días la Guayana francesa, aquejada por una alta tasa de desempleo y una inseguridad crónica, vive un movimiento de descontento social.

La movilización en este territorio sudamericano de ultramar en el que viven más de 250.000 personas amenaza con paralizar su economía, afectada desde el jueves por el bloqueo de una docena de carreteras.

El movimiento reagrupa entre otros a huelguistas del grupo energético EDF por reivindicaciones salariales, colectivos que protestan por la inseguridad o que denuncian la falta de acceso a los servicios sanitarios.

Las manifestaciones y bloqueos obligaron a Arianespace a aplazar el lanzamiento, previsto el martes, de un cohete Ariane 5 que iba a poner en órbita un satélite brasileño y otro surcoreano.

La situación llevó a Estados Unidos a aconsejar el viernes a sus ciudadanos que eviten viajar a este territorio francés.  Asimismo, Air France canceló sus vuelos a la Guayana el domingo y lunes.

La ministra francesa de Ultramar, Ericka Bareigts, admitió el lunes que la situación es "tensa" e instó a conservar la calma y entablar un diálogo.

"Seguimos de cerca la situación", señaló Bareigts, y explicó que no viajó hasta la Guayana "porque actualmente no están reunidas las condiciones de diálogo".

"No se trata de tener miedo de ir allí pero no tenemos un contexto sereno, con hombres encapuchados que obligan a cerrar los comercios", señaló una fuente gubernamental.

El gobierno francés envió el sábado una misión interministerial para intentar apaciguar la situación, que anunció la contratación de más policías y una ayuda urgente de 60 millones de euros para el hospital de Cayenne, la capital, muy endeudado.