Con minutos de silencio y de ruido, Bélgica recuerda este miércoles a las 32 víctimas de los atentados yihadistas del 22 de marzo de 2016, un día que Christelle nunca olvidará: "Hace un año conocí el horror en este mismo lugar".
"Deseo a cada uno de nosotros todo el coraje necesario para afrontar esta fecha simbólica, toda la fuerza para continuar este combate, que no dura un día, ni un año", dijo Christelle en la estación de Maalbeek, donde morirían hace un año 16 personas. Ella resultó herida.
A las 09H11 (08H11 GMT) de ese fatídico día, Khalid El Bakraoui activó sus explosivos en el metro bruselense, poco después que su hermano Ibrahim y Najim Laachraoui hicieran lo mismo en el aeropuerto de Bruselas, matando a otras 16 personas.
El doble atentado reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico (EI) dejó 32 muertos, cientos de víctimas, pero también decenas de familias rotas, como la de Kristin Verellen, cuya pareja Johan, de 58 años, no corrió la misma suerte que Christelle y murió en Maalbeek.
"El 22 de marzo es también mi aniversario. En principio, no hay nada que celebrar, pero el amor triunfa", aseguró esta mujer, para quien el amor la ayudó a levantarse "con más fuerzas" que tiene su cuerpo.
Christelle y Kristin, emocionadas, pronunciaron estas palabras durante el acto de homenaje en el metro en presencia de unas autoridades belgas de riguroso luto, entre ellas los reyes de los Belgas, Felipe y Matilde.
En la estación de Maalbeek, donde se inauguró una placa con el lema "Nunca olvidaremos", los asistentes guardaron un minuto de silencio, que contrastó con el minuto de ruido en las calles y en el sistema de transporte público bruselense para homenajear a las víctimas.
En la estación de Pétillon, a las 09H11, un viajero empezó a aplaudir seguido de la gran mayoría de personas y del propio vagón con la señal de alarma de cierre de puertas, ante la mirada estupefacta del resto de pasajeros, constató una periodista de la AFP.
– Homenajes populares –
Los homenajes comenzaron a primera hora de la mañana con una corta ceremonia de apenas media hora bajo un frío sol primaveral en el aeropuerto de Bruselas, donde Eddy Van Calster, el marido de Fabienne -una empleada del aeropuerto fallecida en el atentado-, interpretó una balada rock.
A dos pasos de la Comisión Europea, situada cerca de la estación de Maalbeek, los monarcas belgas inauguraron junto a los presidentes de las instituciones europeas una escultura monumental en recuerdo de las víctimas del atentado de Bruselas, pero también de París, Niza, Bamako,…
Tras los actos oficiales, los homenajes a las víctimas y los equipos de socorro estarán protagonizados por los belgas e, incluso, por el más popular de ellos: el "Manneken Pis", que estrena un nuevo traje de bombero como "testigo de la dignidad", explicó el jefe de los bomberos, Tanguy du Bus de Warnaffe.
Durante la tarde, los niños de las escuelas de Molenbeek, la comuna bruselense donde los yihadistas tenían su base de retaguardia, mantendrán encuentros con las víctimas.
Y desde allí partirá uno de los tres desfiles que confluirán en la plaza de la Bolsa, donde los bruselenses depositaron mensajes, flores y velas hace un año.
Un "ritual de reconexión", pensado por la coreógrafa flamenca Anne Teresa De Keersmaeker, una tarde de oración en la catedral de Bruselas o un "concierto interreligioso" en una iglesia de Molenbeek completan el programa.
– Una pregunta recurrente –
Un año después de los atentados, que se produjeron cuatro meses después de los de París en noviembre de 2015 (130 muertos), los investigadores intentan todavía despejar una de las incógnitas principales: ¿Quién dio la orden de atacar?
Aunque algunos de los que encargaron los atentados podrían haber muerto desde entonces en los ataques contra los bastiones del EI en Siria e Irak, las sospechas se ciernen sobre Oussama Atar, un belga-marroquí de 32 años y un veterano de la yihad que pisó las prisiones estadounidenses en Irak en los años 2000.
La investigación sí reveló que los atacantes suicidas de Bruselas pertenecían a la misma célula que atacó en París y cuyo objetivo era atentar de nuevo en Francia, y no en Bélgica.
Pero la detención de Salah Abdeslam, el único superviviente de los comandos parisinos, en Molenbeek el 18 de marzo de 2016 precipitaron los acontecimientos y los atacantes decidieron pasar a la acción.
Un año después, este reino europeo mantiene el nivel 3 sobre 4 de alerta con militares patrullando en sus calles, ya que la amenaza terrorista sigue siendo "posible y verosímil".
#Fotos #Bélgica rinde homenaje a víctimas muertas por atentado del Estado Islámico (EI) hace un año (AFP) pic.twitter.com/wF0HN1BxmT
— TN8 Nicaragua (@canaltn8) March 22, 2017