Rusia ha pedido al presidente sirio Bashar al Asad que detenga los bombardeos mientras se celebran las negociaciones de paz en Ginebra, pero no parece probable que esta semana vayan a producirse "avances" significativos en la resolución del conflicto, afirmó el miércoles el enviado de la ONU.
"Hoy Rusia anunció que había pedido formalmente al gobierno sirio que deje en silencio su cielo durante las discusiones", dijo Staffan de Mistura en una conferencia de prensa un día antes del inicio de la mesa de diálogo.
"¿Acaso espero un avance? No, no espero un avance inmediato", sino el inicio de una serie de conversaciones que conduzcan a una solución al conflicto sirio, añadió.
El embajador de Siria ante Naciones Unidas, Bashar al Jaafari, liderará la delegación gubernamental, mientras que el cardiólogo Nasr al Hariri y el abogado Mohamed Sabra, representan al Alto Comité de Negociaciones (ACN) que que reúne a grupos clave de la oposición.
Las delegaciones de los dos bandos rivales en Siria llegaron el miércoles a Ginebra, donde De Mistura, diplomático con gran experiencia en misiones difíciles, coordinará las reuniones.
A diferencia de las tres precedentes sesiones que se celebraron en febrero, marzo y abril de 2016, el enviado especial de la ONU espera que esta vez ambos bandos acepten negociar frente a frente.
La situación en Siria, no obstante, ha cambiado respecto a la última vez que las dos delegaciones se encontraron: el régimen de Damasco, apoyado por sus aliados ruso e iraní, ha retomado Alepo, bastión de la insurrección en el norte del país, y la oposición tan solo controla en este momento un 13% del territorio, según varias estimaciones.
Turquía, apoyo durante largo tiempo de la oposición, se ha acercado a Moscú y Estados Unidos, otro apoyo de la rebelión, desde la llegada de Donald Trump emite declaraciones un tanto ambiguas.
Transición política
Pese a acudir debilitada, mantiene no obstante sus exigencias sobre un cese efectivo de las hostilidades y una "transición política" que implique la salida del presidente Bashar al Asad.
"Los obstáculos son claros, especialmente en el hecho de que no haya ninguna consolidación del alto el fuego", declaró Yahya Aridi, uno de los asesores del ACN.
Rusia, Turquía e Irán lograron a finales de diciembre imponer una tregua que pese a las violaciones repetidas del cese de hostilidades, han permitido reducir la intensidad de los combates en Siria.
Pese a ello, desde hace varios días, las fuerzas gubernamentales bombardean las posiciones rebeldes cerca de Damasco y en la provincia de Homs (centro).
La oposición denuncia un "mensaje sangriento" destinado a sabotear las negociaciones.
La salida del poder de Al Asad sigue siendo el principal obstáculo para el acuerdo entre los dos bandos. El régimen está dispuesto a aceptar elecciones una vez vuelva la paz, pero descarta la retirada del jefe de Estado, cuya permanencia al frente del gobierno está fuera de toda discusión.
Para el gobierno, "es Asad o nadie", afirmó Aridi. "Esta regla de 'todo o nada' impide cualquier atisbo de solución pacífica".
Turquía, apoyo inquebrantable de la oposición, declaró el mes pasado que buscar una solución excluyendo al presidente sirio ya no era "realista".
Paralelamente, la oposición no sabe qué esperar de la nueva administración estadounidense.
"La posición del presidente (Donald) Trump sobre Siria y Oriente Medio aún no es demasiado clara", lamentó el portavoz del ACN, Ahmed Ramadan.
El mandatario ha dicho que derrotar al EI es la prioridad máxima de Washington y que Estados Unidos se centraría en sus propios intereses, pero en señal de que aún apoya a la oposición, el enviado estadounidense, Michael Ratney, se reunió el miércoles con los consejeros del ACN y una fuente diplomática estadounidense reiteró que "Estados Unidos sigue comprometido en la búsqueda de una solución política para el conflicto en Siria".
Ramadan quiere creer que aún es posible que el jefe de Estado sirio acceda a marcharse antes de la celebración de elecciones bajo auspicios de la ONU.
"Incluso los rusos nos aseguraron en las últimas negociaciones que no les preocupaba el futuro de Bashar al Asad, sino por el de Siria y el futuro del Estado sirio", insistió.