«La Vuelta de Gaspi», el regreso del príncipe irreverente del YouTube

A Gaspi lo conocimos hace algunos años con esos videos de YouTube pasados de tono y cargados de un humor que a simple vista parece absurdo. Y lo es. Pero también es una exploración de lo que se puede lograr al desafiar las normas establecidas.

Gaspi es irreverencia, sí, pero también elegancia en medio del caos. Aunque desaliñado ante la cámara, demuestra ser un «creador de contenido» muy consciente de su imagen. A veces me pregunto si no será un actor de método.

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Siempre me intrigó qué me atraía tanto de sus videos. Tal vez era ese humor negro y punzante, esa mirada al bajo mundo de las calles de Buenos Aires, pobladas por personajes desprolijos y excesivos. Quizás todo apuntaba a este momento: un cortometraje brillante que refleja la herida abierta de un hombre al borde del abismo.

«Los taxis funcionan mal como mi cerebro, la noche ya no es mi cuna y mi brújula se rompió como mi alma», dice Gaspar en «La Vuelta de Gaspi».

El Gaspi más reflexivo

En este cortometraje, cuya producción no tiene nada que envidiar a las grandes películas argentinas, vemos a Gaspi abriéndose ante su público. O al menos eso parece.

Al final del corto, deja claro que todos son personajes ficticios. Puedo creerle, pero también pienso que todo poeta, por más esotérico que sea, deposita algo de sí mismo en su obra. En este caso, decido creer que un poco de Gaspar habita esta pieza.

«El humor es mi droga, vicios son vicios», es otra frase que resuena. Podría parecer poesía barata, pero encaja perfectamente con el estilo de Gaspi. Su autenticidad radica en lo barroco.

Con esta obra, Gaspi convierte los rumores y especulaciones sobre su desaparición de hace dos años en un arte extraño, osado y hermoso.

Para mí, este viaje de desenfreno y reflexión sobre la separación entre Gaspi y Gaspar está expresado de manera magistral.

Gracias por volver. Sabemos que pronto también regresarán tus ocurrencias.