Al llegar al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, Alejandra Guzmán sorprendió a la prensa al mostrarse especialmente amable durante una interacción, un contraste marcado con su comportamiento habitual, que en ocasiones ha incluido agresiones verbales.
La cantante, de 56 años, fue interceptada por los medios de comunicación y abordó el tema de la reciente prueba de ADN realizada por su hermano, Luis Enrique Guzmán, con el hijo de su ex pareja, Mayela Laguna.
«Les voy a decir una cosa: Hasta que salió la verdad. La verdad es la verdad. Y les voy a decir una cosa: Toda la vida me he callado porque prefiero cantar, prefiero decir la verdad»; expresó Alejandra Guzmán con sinceridad.
Aunque la cantante está convencida de que el pequeño Apolo, hijo de Mayela, no es biológicamente hijo de Luis Enrique, enfatizó que siempre habrá cariño para el niño. «Mi familia ama al amor y a Apolo, Apolo está siempre y ojalá siempre esté protegido por Dios»; añadió.
Alejandra Guzmán llega a México «hasta el queso»
Sin embargo, lo que realmente captó la atención no fue tanto el contenido de sus declaraciones, sino su estado al momento de hablar. Varios usuarios y medios notaron que Alejandra parecía estar en estado de ebriedad durante la entrevista.
Aunque algunos comentaron que la cantante estaba visiblemente afectada por el alcohol, la mayoría de los comentarios en redes sociales la defendieron.
«Es muy su vida personal si quiere estar borracha, no se esperaba que la llegarán a entrevistar», «Como exageran, como si tomarse unos tragos fuera del otro mundo», «Si estaba borracha o no es con su dinero. A nadie le pide», «Me encanta ella es real»; fueron algunos de los mensajes de apoyo que recibió. La situación ha generado un debate sobre la privacidad y el trato hacia las figuras públicas.
