El próximo 12 de marzo se cumplen tres meses de la lamentable partida del gran Vicente Fernández, sin embargo, su familia sigue sintiendo su presencia, tal y como lo han detallado su viuda, Doña Cuquita, y ahora tocó el turno a Vicente Fernández Jr., su hijo mayor.
De acuerdo al testimonio de ambos, ‘El Charro de Huentitán’ se ha manifestado con diversas acciones en el rancho de ‘Los Tres Portillos’, lo que los llena de emoción, pues disfrutan mucho sentirlo cerca.
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“Es muy emocionante, muy gratificante saber que está la presencia de mi padre, la sentimos y estamos muy contentos por eso”, declaró Vicente Fernández Jr. en entrevista con el programa ‘Ventaneando’.
En la misma plática detalló que el intérprete de ‘Por Tu Maldito Amor’ se manifiesta con mucha frecuencia en la que fuera su cama.
“Todos los días aparece la cruz en la cama”, detalló el novio de Mariana González, quien está seguro de que su padre nunca se irá, mientras ellas lo sigan teniendo presente.
“Si mi padre es lo que es, y habló en presente porque la persona muere cuando dejas de pensar en él, es en gran porcentaje por la gran mujer que tuvo a su lado”, detalló Fernández Jr.
Vicente Fernández Jr. no ha sido el único que ha visto una cruz sobre la cama de su padre, pues hace unas semanas Doña Cuquita también habló sobre ese inexplicable suceso.
“¡Increíble!, pero se forma una cruz en mi cama, con la colcha, con todo, se forma una cruz, pero diario, diario, diario. Yo le digo: ‘no te preocupes, nadie va a ocupar tu lugar’”, reveló la viuda de Vicente Fernández en su momento.
¿Cómo es el rancho Los Tres Potrillos, el sitio que siente la presencia de Vicente Fernández?
El rancho Los Tres Potrillos, ubicado en Tlajomulco de Zúñiga, en el estado mexicano de Jalisco, fue edificado por Vicente Fernández, en 1980, en un lote de 1,235 acres y la nombró así en honor a sus tres hijos varones, Vicente Jr., Gerardo y Alejandro.
Además de la casa principal, la propiedad también cuenta con extensas áreas verdes, con piscina en forma de guitarra, con caballerizas, con corrales, con lienzo charro, con capilla, con salón de eventos, con salón de ensayos, con restaurante de comida típica, con tienda de souvenirs y hasta con su propia arena, que fue el sitio donde miles de fans le dieron el último adiós.
Por El Diario NY