Entre aplausos grabados Mariangel Villasmil, una estudiante de psicología de 24 años, fue premiada este jueves Miss Venezuela en un certamen de austera producción, pregrabado y sin público por la pandemia de covid-19.
Villasmil, una trigueña de cabello largo rubio, soltó algunas lágrimas de emoción tras conquistar el concurso de belleza considerado el mayor espectáculo de la industria del entretenimiento de Venezuela, que ha exportado siete Miss Universo.
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Pero la representante del petrolero estado Zulia no fue coronada ni recibió su banda Miss Venezuela a causa del avance del covid-19 en el país caribeño, con unos 70.000 contagiados y 581 fallecidos, según cifras oficiales.
La pandemia del nuevo coronavirus forzó un cambio de formato "en cumplimiento del reglamento sanitario", como anunciaron en repetidas oportunidades los presentadores, y fue transmitido este jueves grabado con antelación. Los nombres de las ganadoras se mantuvieron en reserva hasta la noche del jueves.
Sin público por primera vez en la historia del certamen, Isbel Parra, una diseñadora de modas de 26 años, agradeció a las cámaras tras ser galardonada como Miss Internacional. Tanto Villasmil como Parra, portadora de la banda de Región Guayana (que englobó los estados Bolívar, Delta Amacuro y Amazonas), serán coronadas el viernes.
"Sin duda alguna la emoción está con nosotros a pesar de las circunstancias en este año", expresó Cynthia Lander, una de las presentadoras y Miss Venezuela 2001.
En lugar de tropiezos y lenguas trabadas, abundaron los zoom de cámara, aplausos grabados y transiciones en la edición de los desfiles que tuvieron lugar en reducidos espacios de decoraciones simples y escasas, cuya producción recibió críticas en las redes sociales.
Las 22 candidatas no posaron juntas por medidas sanitarias, sino que fueron presentadas en pequeñas imágenes en pantalla.
Al igual que el año pasado, no se mencionaron tallas de las candidatas en una apuesta por un certamen con menos bisturí y dietas extremas, precisamente lo que caracterizó a la "fábrica de misses" por muchísimos años.
No es la primera vez que el Miss Venezuela sufre un revés. En sus últimas ediciones debió ajustarse a un estilo más austero por la crisis que lleva a Venezuela a transitar hacia su séptimo año de recesión.
El evento, que sirve de escape para muchos venezolanos, estuvo lejos de las apoteósicas producciones de años atrás cuando se organizaba en el Poliedro de Caracas, una de las tarimas más importantes del país, con un aforo para 20.000 personas.
Del Poliedro pasó a un modesto estudio de la televisora Venevisión, con capacidad para unas 200.