El cantante mexicano Tony Camargo, quien hace 66 años grabó la icónica canción “El año viejo”, falleció este miércoles a los 94 años de edad en la ciudad mexicana de Mérida, en el estado de Yucatán.
Antonio Camargo Carrasco nació en Guadalajara, Jalisco, el 1 de junio de 1926, en el seno de una familia de artistas de carpa y desde hace 33 años se mudó a la capital yucateca. Allí se casó con la yucateca Guadalupe González, quien falleció hace algunos años.
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La hija del cantante tapatío, Lourdes Camargo, quien reside en la Ciudad de México, acudió a Mérida hace unos días para cuidarlo después de una cirugía en el pie que se complicó por la diabetes.
Fueron las autoridades municipales del Ayuntamiento de Mérida quienes confirmaron el fallecimiento de este artista tan querido en su tierra.
Del mismo modo, la Fonoteca Nacional de México también compartió y lamentó la noticia a través de Twitter.
“La Fonoteca lamenta la perdida del cantante jalisciense Tony Camargo (1926-2020). Sin duda, uno de las grandes figuras de los salones de baile. Compartió el escenario con Benny Moré, Wello Rivas y Luis Arcaraz, entre otros. Y hoy es inmortal su interpretación de ‘El año viejo'”, publicó la institución.
Y es que, desde que la grabó en 1953 para su primer disco, esta melodiosa forma de despedir el año dejó huella en su carrera y por 66 años le ha dado más fama que dinero a todo lo largo y ancho de Latinoamérica.
En una ocasión, en diciembre de 2018, confesó en entrevista con Efe que jamás pensó que 13 lustros después, su canción “El año viejo” seguiría vigente, “menos que se convertiría en una joya musical en Latinoamérica”.
Joya musical en Latinoamérica
“Francamente no esperé que la canción trascendiera, porque había grabados otras canciones como ‘La bandolera’, ‘La engañadora’ y ‘Partido por la mitad’, pero tuve la fortuna que al público le gustara ese tema”, dijo a Efe en su hogar de Mérida.
La llegada a Mérida en 1988 no fue fortuita, ya que su esposa Gilda Guadalupe González Cetina, quien murió hace unos años era yucateca, y después del huracán Gilberto (1988) decidieron mudarse.
Desde entonces se integró a la Orquesta Jaranera del Ayuntamiento de Mérida y después de jubilado seguían invitándolo a cantar sobre todo a finales de año.