En Belo Horizonte se desató un escándalo con Juan Cazares, el futbolista ecuatoriano con pasado en River y Banfield en Argentina.
El delantero de 28 años organizó tres fiestas en dicho distrito brasileño, le diagnosticaron coronavirus y ahora todos los que habían asistido a las reuniones quedaron aislados en cuarentena. Además, sufrió una fuerte multa por haber violado un decreto municipal.
Días atrás, el Atlético Mineiro, club dueño de la ficha del futbolista, confirmó vía Twitter que Cazares había dado positivo de coronavirus.
“El pasado mes de junio se realizó otra batería de pruebas de Covid-19 sobre los atletas, entrenadores y empleados de Atlético. Fue la tercera ronda de exámenes semanales y solo uno arrojó resultado positivo: el de (Juan) Cazares”, publicó el club de Belo Horizonte.
También en el comunicado, el club brasileño destacó que el jugador de 28 años se muestra “asintomático”, pero como medida preventiva para evitar la expansión del virus “ya ha comenzado su período de aislamiento, lejos de todas las actividades y bajo el cuidado del departamento médico del club”.
El futbolista nacido en la localidad ecuatoriana de Quinindé a mediados de mayo fue descubierto jugando de manera informal con el venezolano Rómulo Otero y otros amigos en una cancha de Santa Lucía, Brasil.
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A esto se le sumaron las tres fiestas que organizó en su domicilio que, según manifestaron medios brasileños, no se trataron de reuniones familiares. Como se pudo corroborar en las grabaciones del condominio, los invitados acudieron de distintos lugares y lo hicieron cuando ya se había prohibido de parte del Gobierno este tipo de aglomeraciones, según un decreto municipal de Lagoa Santa.
Por este motivo, aunque el positivo de Covid-19 de Cazares fue notificado posteriormente, todos los que se presentaron en las reuniones fueron puestos en cuarentena, respetando los protocolos vigentes. Además, el futbolista fue multado y deberá pagar 130.000 reales (unos 25.000 dólares) por violar el decreto municipal (artículo 258 del Código Penal).
El gran malestar de parte de las autoridades del Atlético Mineiro, que está en plenas negociaciones para concretar su pase a Corinthians, se debe a que estos actos habían sido prohibidos por el club del estado de Minas Gerais, que les había ordenado expresamente a sus jugadores mantenerse aislados y en cuarentena para evitar contagiarse del coronavirus.
