Una reina de belleza se quitó la vida a los 23 años. Amber Lee Friis, quien fue finalista de Miss Universo representando a Nueva Zelanda, se suicidó el lunes, según reporta Daily Mail. La joven fue finalista del certamen en el 2018 y viajó a sus 21 años a Tailandia para la gala del Miss Universo.
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Los agentes de la modelo en The Talent Tree expresaron que estaban "devastados" por su pérdida.
El presidente de la organización Miss Mundo Nueva Zelanda Nigel Godfrey la describió como una chica "genuina" y llena de vida, con un corazón noble. Un día antes de la tragedia, la joven compartió una foto junto a su hermana en sus redes sociales. Sus seguidores en redes sociales han expresado su dolor ante la noticia de su muerte.
La reina de belleza había confesado que había sido víctima de bullying en la escuela y que se burlaban de ella por sus ojos achinados y piel morena.
Los factores
También tuvo una vida llena de carencias y dijo que habían días que no había comida en su casa. "Recuerdo estar sentada en mi habitación una noche pensando lo difícil que puede ser la vida", dijo a la revista Stuff. "Cuando eres joven, sientes que tienes la carga del mundo sobre tus hombros".
La joven también batalló contra el sobrepeso cuando era una adolescente. A sus 15 años se mudó con su novio y trabajó en una pizzeria mientras estudiaba mecánica. Amber dice que nunca imaginó que se convertiría en reina de belleza.
Amber confesó que "lo miraba todo con negatividad", pero su visión cambió tras comenzar a ir a un gimnasio, adelgazar y comenzar a creer en ella misma. La joven era una reina de belleza poco convencional, y mostraba orgullosa sus tatuajes. Amber conquistaba con su vibrante y auténtica personalidad. "Perdimos a una bella joven que será extrañada por muchos", lamentó Tracey-Maree Houia, la dueña de la agencia The Talent Tree que representaba a la modelo. Que en paz descanse.