Parecían vivir un cuento de hadas y formaban esas “parejas doradas” que encantan en Hollywood, pero el paso del tiempo y la acumulación de problemas demostró que el amor no era suficiente para mantenerse a flote.
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El paraíso se había convertido en un infierno del que escaparon por medio de una separación que, incluso después de años, sigue intrigando y fascinando a quienes gustan de las historias del mundo del cine y la música.
Brad Pitt y Angelina Jolie
Contra viento y marea habían sostenido su romance, que inició en 2005 en medio de un escándalo de infidelidad.
Quizás muchos no pensaron que el romance entre Angelina Jolie y Brad Pitt durara tanto tiempo.
Aparecían sonrientes por las alfombras rojas, viajaban junto a su numerosa familia por todo el mundo; Brad Pitt incluso adoptó a los hijos que Angelina ya tenía.
Decidieron llevar su romance un paso más allá y se casaron en su chateau francés en 2014, con sus hijos como testigos y con un vestido de Angelina Jolie adornado por los dibujos de los pequeños.
Pero dos años después estalló la verdad. En septiembre de 2016 la pareja estaba separada y empezó entonces una amarga batalla, aún sin resolver, por la custodia y manutención de los niños.
Si bien los problemas venían de tiempo atrás, la gota que derramó el vaso fue un enfrentamiento de Brad Pitt con su hijo Maddox durante un vuelo.
En una entrevista previa con The New York Times, Pitt reconoció que su adicción a la bebida fue un gran factor en su ruptura con Angelina. Reveló que durante año y medio acudió a reuniones de Alcohólicos Anónimos.
Ben Affleck y Jennifer Garner
Era una de las parejas preferidas en Hollywood. Después de su fallido romance con otra Jennifer (Lopez), Affleck aceptó darse una nueva oportunidad y el amor llegó con toda su fuerza.
Jennifer Garner y Ben se conocieron en 2004 y al año siguiente se casaron, cuando ella estaba embarazada de su primera hija.
Llegaron dos hijos más y su relación parecía una de las más estables en medio del turbulento mundo del cine.
Pero el cuento de hadas llegó a su fin en 2015, cuando se confirmó su separación.
Al igual que en el caso de Brad Pitt y Angelina Jolie, el alcohol fue un factor clave para que su matrimonio se derrumbara. Tampoco ayudó mucho la afición de Affleck por el juego.
“Bebí relativamente de manera normal durante mucho tiempo. Lo que sucedió fue que comencé a beber más y más cuando mi matrimonio se estaba desmoronando, esto fue entre 2015 y 2016. Mi consumo de alcohol, por supuesto, creó aún más problemas matrimoniales”, reveló en una entrevista el pasado febrero.
Katie Holmes y Tom Cruise
Otra historia de amor que empezó como un cuento de hadas y terminó como un relato muy extraño.
Era 2004 y Katie Holmes reveló a un reportero de la revista Seventeen que le gustaba Tom Cruise.
“Solía pensar que iba a casarme con Tom Cruise”, dijo la actriz, que entonces estaba comprometida con Chris Klein.
Ya habían pasado tiempo del divorcio de Cruise y Nicole Kidman y del fallido romance del actor con Penélope Cruz.
De manera sorpresiva, en abril de 2005 salió a la luz el romance de Katie con Cruise y en mayo de ese mismo año ocurrió la famosa (y muy extraña) entrevista del actor con Oprah Winfrey en la que Tom saltó por los asientos mientras admitía estar enamorado.
Al año siguiente nació su hija Suri y tuvieron una boda de ensueño en Italia, hasta ahí todo bien y así se mantuvo la relación durante años, pero en 2012 Katie solicitó el divorcio, algo que Cruise no se esperaba.
Según el portal TMZ, la profunda relación de Cruise con la iglesia se volvió algo insoportable para la actriz.
Madonna y Sean Penn
Fueron una de las parejas sensación de los años 80, pero sus explosivas personalidades lo mismo los hacían sacar chispas de pasión que de violencia.
"Sean es salvaje, probablemente muera joven. Creo que saldrá de la cárcel convertido en una persona mejor", decía Madonna en aquella época.
Su boda tuvo lugar el 16 de agosto de 1985, el día en que ella cumplía 27 años. Él cumplió 25 al día siguiente.
Frente a 200 invitados en una lujosa mansión en Malibú California se convirtieron en marido y mujer.
Y aunque durante algunos años tuvieron la imagen de esta pareja perfecta formada por dos jóvenes atractivos, rebeldes y talentosos, el cuento terminó apenas cuatro años después, cuando solicitaron el divorcio por diferencias irreconciliables.
Aunque desde el día uno de su relación se dijo que Sean Penn era bastante agresivo, e incluso circuló una versión de que el actor la habría tenido atada a una silla durante horas, muchos años después, Madonna despejó cualquier duda respecto del comportamiento de su ex.