Tu ex fue tu familia por eso te escribe en Navidad y Fin de Año

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La Navidad es una fecha de tradiciones y de rutinas. La familia que hace tiempo que no vemos, vuelve a casa, y lo hace para cenar el mismo asado y comer los mismos rellenos de cada año.

Y como la familia, tu ex parece que siempre se acuerda de ti lo justo para mandarte un mensaje de feliz Navidad, desearte un feliz año y, de paso, dejarte con muchas dudas en mente.

Si sirve de consuelo, no eres a la única persona a la que le pasa. De hecho, el mensaje de Navidad entre exparejas es un suceso tan común que hasta tiene su propio nombre: Marleying. 

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Este término se popularizó el pasado año gracias a un estudio de la web de citas de eHarmony, que lo bautizó como tal en honor a Jacob Marley, el fantasma del exsocio de Ebenezer Scrooge en el libro Cuento de Navidad de Charles Dickens. 

En concreto, la web de citas encuestó a más de 4.000 británicos: el 11% dijo haber recibido noticias de su ex por Navidad, mientras que otro 8% aseguraba haber tomado la iniciativa para retomar el contacto.

Sin embargo, pese a que es algo muy habitual, sigue siendo un mensaje que crea desconcierto. ¿Es mejor no contestar? Si contestamos, ¿corremos peligro de caer en los mismos errores en el año que entra?.

La nostalgia de la Navidad

Para saber cómo reaccionar, lo primero es entender por qué es tan habitual ese mensaje navideño, y si puede o no esconder segundas intenciones. La primera idea es que las navidades son unas fechas especialmente nostálgicas, y en las que muchas personas se sienten solas, lo que puede llevar a impulsos, como mandar ese mensaje, que no se llevarían a cabo en otra época del año.

Como publicaba el pasado año la bloguera Rachel Kramer Bussel en The Washington Post, “nuestra cultura espera que esta época del año esté llena de alegría incesante, lo que puede agravar la soledad de no estar con alguien a quien solías amar, especialmente si la separación ocurrió el año pasado”.

El riesgo es que, como apunta la sexóloga Nayara Malnero, “cualquier excusa es buena para reenganchar”. De hecho, tras un tiempo sin contacto, cumpleaños o felicitaciones de Navidad y año nuevo resultan ser siempre la excusa perfecta. 

El motivo, según la experta, es que precisamente en estas fechas existe una mayor sensación del deber de reciprocidad, por la que “te sientes más obligada a responder con un mensaje de vuelta, también con los mejores deseos, pero que no deja de ser una forma perfecta de iniciar de nuevo la conversación”.

Otra cuestión, como señala la también psicóloga Zoraida Granados, es que en estas fechas también existe una mayor presión social, que nos puede hacer mandar ese mensaje. Y es que las cenas familiares con preguntas incómodas, o el ver a todo el mundo en pareja en unos días que se consideran más románticos, también nos hace sentirnos más vulnerables.

Así, “si es precisamente en este estado de ánimo más o menos oscilante cuando recibimos el mensaje de nuestro ex, puede ser que el mismo nos lleve a tomar la decisión de un acercamiento o un alejamiento”. 

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Igualmente, la psicóloga del Centro SEES Ana Belén Rodríguez, apunta que la Navidad es una época en la que se intenta hacer un balance positivo del año que acaba.

 De esta manera, “después de una ruptura en pareja y tras el paso del tiempo, podemos quedarnos con lo positivo de esa historia”. Algo que puede provocar que nuestra balanza se incline a favor de responder o escribir, o incluso de proponer o aceptar ese café pendiente.

Contestar o no contestar, he ahí la cuestión

La duda entonces es si debemos responder a ese mensaje para enterrar el hacha de guerra, o si hacerlo puede suponer abrir una puerta al pasado, que ya decidimos que preferíamos cerrar.

“si hay una invitación a verse o se intenta dar de sí la conversación está claro que la intencionalidad es retomar el contacto”. Así, si no es lo que queremos, “es mejor cortar de forma educada, pero radical, para que no dejar espacio a que se planteen confusiones”. Para ello recomienda “poner un límite y evitar que la conversación derive a donde no queremos, antes de que no sepamos echar marcha atrás”.