De acuerdo con un comunicado oficial, cuando el cantante estaba dando su show a todos los asistentes, una de las máquinas de efectos especiales soltó una llama provocándole quemaduras de segundo grado dentro del tabique nasal y el rostro.
Francisco ‘El Gallo’ Elizalde, vivió un grave accidente durante el concierto que ofrecía en Cuquío, Jalisco, cuando una máquina lanza llamas se encendió justo en su rostro.
El hermano de Valentín Elizalde ofrecía un concierto el 11 de mayo en la Feria de Cuquío, en Jalisco. El intérprete sostenía una botella de alcohol en la mano derecha y se acercó a una de las máquinas de efectos especiales.
Al parecer, según los videos que circularon en redes sociales, un chorro de alcohol salió de la botella y eso hizo que se levantara una flama de más de un metro que dio directo en el rostro de Elizalde.
"El Gallo" retiró de inmediato la cara y se alejó del lugar, siguió cantando como si nada hubiera ocurrido, pero poco después tuvo que abandonar el escenario para recibir atención médica.
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Al termino del concierto, el hermano del fallecido Valentín Elizalde, fue atendido por personal de primeros auxilios.
Más tarde, al llegar a Guadalajara, el cantante estuvo en observación y posteriormente fue dado de alta.
Por ahora, el intérprete se encuentra en reposo, pero con serios estragos de este lamentable suceso.
"El Gallo" Elizalde está fuera de peligro después del tremendo accidente en la Feria Cuquío, Jalisco: pic.twitter.com/goQt7jREwV
— Mister137 (@ElMister137) May 14, 2019
"A nombre de Francisco "El Gallo" Elizalde y todo su equipo de trabajo, agradecemos la preocupación de los medios de comunicación y fans por la salud del cantante … Mientras estaba dando su show a todos los asistentes, una de las máquinas de efectos especiales soltó una llama provocándole quemaduras de segundo grado dentro del tabique nasal y parte del rostro", explicó el documento.
Valentín "El Gallo de Oro" Elizalde, hermano de Francisco, fue ejecutado el 25 de noviembre de 2006. Un comando atacó su camioneta a la salida de una feria en Reynosa, Tamaulipas. En la escena del asesinato se encontraron unos 70 casquillos y hasta ahora no se sabe quién estuvo detrás del crimen.
