Jacqueline Monge le ha demostrado a todos que puede salir adelante pese a la adversidad. Para esta joven, estar en una silla de ruedas no le impide perseguir sus sueños y en este momento la pulsea para ganar la corona del certamen de belleza Reina Costa Rica Intercontinental.
Monge tiene 22 años y vive en Paraíso de Cartago. Es la primera vez que participa en un concurso de este tipo y disputa el premio con otras 25 candidatas de distintas partes del país.
Esta brumosa representa a su provincia y en días pasados se le dio el reconocimiento “Más allá de la belleza”, por su entrega y apoyo en causas sociales.
Jacqueline padece una enfermedad llamada osteogénesis imperfecta, un padecimiento que provoca que los huesos sean débiles y se quiebren con facilidad. Además, tiene escoliosis, una enfermedad que le provoca que tenga la columna torcida.
Pese a esto disfruta la vida y considera que su enfermedad es solo un problema físico y no deja que eso la limite.
“Me gusta ser un motivo de inspiración para muchas personas que por tener alguna enfermedad viven con depresión y no se aceptan. Creo que el amor propio es fundamental para salir adelante”, manifestó.
La oportunidad de participar en un concurso de belleza le llegó gracias a un amigo que la invitó a postularse. Al inicio tuvo dudas, pero le escribió a los organizadores del certamen y tuvo una respuesta positiva.
“Todo el proceso inició en agosto del año pasado. Fui escogida para representar a la provincia de Cartago en la categoría Petite y ahora me estoy preparando para avanzar a la final. Si todo sale bien, estaré más cerca de tener la corona, la final será el 5 de mayo", explicó.
“Mi vida no ha sido fácil, me he deprimido, pero logré sacar fuerzas para seguir viviendo”. Jacqueline Monge, candidata de certamen de belleza.
Te interesa: Thalía impacta al mostrar su rostro sin maquillaje
Antes de ser escogida en el concurso, Jacqueline no se consideraba muy vanidosa. Ahora dice que le encanta salir a la calle bien arreglada y mostrar sus piernas, las cuales considera parte de su atractivo. A lo largo del certamen, el apoyo de su novio Jeremy Torres ha sido clave, así como de los organizadores del concurso.
“La ayuda que he recibido ha sido fundamental, sin el apoyo de mi novio me sentiría achicopalada y sin ganas de seguir en la competencia”, afirmó.
A esta jovencita le encanta el cine, en especial las películas del universo Marvel. Además, lleva clases de violín en la Escuela de Música de Paraíso y le encanta la cocina, en especial la preparación de queques.
También cuando tiene oportunidad hace pintacaritas como una forma de ganarse un extra.
Con respecto al concurso, espera ganar y que la gente sepa de ella y la vean como un ejemplo.
“Quiero dar charlas, contar mi testimonio y a través de mi historia demostrar que ante los ojos de Dios todos somos hermosos. Que todos debemos amarnos y aceptarnos y no depender de la gente para ser aceptados en la sociedad”, explicó.
Otro de sus sueños es poder caminar. El año anterior pidió una cita en el servicio de Fisiatría del Hospital Max Peralta y en este momento se le están practicando una serie de exámenes para que en un futuro pueda recorrer cortas distancias gracias a la ayuda de un soporte.
José Vásconez, organizador del certamen, aseguró que es la primera vez que dentro del concurso admiten a una aspirante con discapacidad y explicó que una experiencia de vida le cambió la forma de ver los certámenes de belleza.
“En el 2015 me diagnosticaron cáncer y durante el tratamiento cambió mi perspectiva de los concursos que organizaba. Esto me hizo replantear la dinámica y a partir de ahí empecé a permitir que todas aquellas mujeres que tengan un sueño puedan participar, más allá de sus debilidades buscamos que puedan destacar sus fortalezas”, aseguró.
Vásconez resaltó en Jacqueline su deseo de sobresalir y su entereza para sentirse como una aspirante más.
“En la primera clase de pasarela logró hacer un giro espectacular en la silla de ruedas y nos demostró que viene a ganar. Además está pendiente de todos los detalles del concurso y para el resto de las participantes Jacqueline es un modelo a seguir. Nadie la discrimina por su condición, todo lo contrario, ella motiva a sus compañeras a seguir”.