"Esto demuestra que se está cerrando el círculo, a Julio Iglesias le está llegando su hora". Fernando Osuna, abogado de Javier Sánchez-Santos, el valenciano de 42 años que reclama ser el hijo secreto de Julio Iglesias, cree que su cliente ha dado un paso de gigante en su lucha por demostrar quién es su verdadero progenitor.
Un juez acaba de dar un ultimátum al cantante: dispone de 10 días para aceptar o rechazar realizarse la prueba de ADN que aclare todo este asunto, destaco El Mundo.
Osuna, contento con la decisión, no cree que el artista termine accediendo a hacerse el test. Pero no le importa. "Si no viene, pediremos que se lo hagan sus hijos. Y si estos tampoco quieren, pediremos que se lo haga algún hermano. Si nadie de su entorno acepta, pues mejor también… los jueces lo interpretarán como algo negativo", sostiene confiado.
Dependiendo del número de procesos que tenga sobre la mesa el magistrado encargado de este caso, el juicio podría llegar a realizarse antes de Navidad. A más tardar, se produciría en el primer trimestre de 2019. Y, cuando se produzca, no cree que dure más de 10 minutos: "Los argumentos de Julio son blanditos".
La confianza del letrado se la debe, en su mayor parte, a la prueba de ADN que robaron a finales de mayo de 2017. A través de un grupo de detectives en Miami, el equipo de Osuna consiguió muestras del ADN de uno de los hijos del cantante, Julio José. Se hicieron con un buen botín: botellas, latas, clínex, chicles… "La saliva de éste reveló una coincidencia genética del 99,9% con mi cliente, es muy llamativo", puntualiza el letrado.
Si la resolución acabara dando la razón a Javier Sánchez-Santos, su vida cambiaría por completo. Pasaría a tener derecho a los apellidos del artista, a inscribirse en el registro civil como hijo de Julio Iglesias y, cómo no, derecho a la herencia. Mucho dinero en juego.