Como les ocurre a todos los artistas y personalidades públicas que cuentan con una pequeña morada en las redes sociales, el cantante Robbie Williams ha podido experimentar en primera persona que la esfera virtual es un arma de doble filo que.
Las redes sociales pueden ayudar a mantener la autoestima alta con solo leer los elogios de los fans y, por el otro, producir la más absoluta desazón a cuenta de las críticas descarnadas que suelen realizar los llamados trolls.
Por eso, y teniendo en cuenta también que hace unas semanas dio la bienvenida a su tercer hijo con su esposa Ayda Field, el intérprete ha decidido abandonar definitivamente su cuenta de Twitter y dejar que la gestione un grupo de expertos, que podrán ignorar mejor e incluso bloquear a aquellos detractores que se dediquen a insultar o burlarse de él con crueldad, informo El Espectador.
- Maluma pide perdón por las letras de sus canciones
"He tenido que largarme de las redes sociales, ya no leo lo que se dice de mí en Twitter y en esos sitios. El amor que puedes recibir es masivo en ocasiones, pero los niveles de odio que se manejan ahí son incluso mayores y tienes la sensación de que el mundo se está acabando. Creo que si la mitad del país (Reino Unido) me odia, en las redes sociales deben de ser como 50 millones de personas", expresó con preocupación.
Aunque el artista ha tenido que aprender con el paso de las décadas -desde que se convirtió en una de las estrellas más reconocibles de la escena pop en la década de los noventa- a afrontar con la mayor entereza posible las críticas y las muestras de desaprobación procedentes de la opinión pública, a su juicio la intensidad con la que este tipo de comentarios se materializan en las redes sociales termina siendo abrumadora.
"Es que estamos hablando de un montón de gente que tiene acceso directo a ti, se acaba metiendo en tu cabeza y te hacen sentir fatal", comentó el exvocalista de Take That, que ha tenido que superar frecuentes brotes de ansiedad y depresión a lo largo de su extensa actividad.