Bill Cosby, condenado a entre tres y diez años de prisión por drogar y violar a una mujer

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Bill Cosby se convierte en la primera celebridad de la era Me Too que va a prisión por abusar de una mujer, Andrea Constand, a la que drogó y agredió sexualmente hace más de 14 años. 

Un juez de Norristown (Pensilvania), Steve O’Neill, condenó al cómico, conocido como el Padre de América, a una pena de entre tres y diez años de cárcel. El magistrado decretó el ingreso inmediato en prisión y declaró a Cosby, de 81 años, un “depredador sexual violento”.

En un plazo de tres años, el cómico podrá solicitar la libertad condicional. Su defensa anunció que recurrirá la sentencia. El actor negó las acusaciones y argumenta que todas las relaciones fueron consentidas. Se enfrentaba a una pena de 10 años por cada uno de los tres delitos de agresión sexual de los que estaba acusado. La Fiscalía pedía entre cinco y diez años entre rejas. El magistrado tuvo en cuenta la edad de Cosby y que no contara con antecedentes, destaco El Pais

 

El cómico salió de la sala del juzgado escoltado por policías con el rostro cabizbajo y las manos esposadas, despojado de la chaqueta y la corbata con la que llegó sonriente al tribunal. Fue un símbolo poderoso de la caída de un mito. Cosby fue durante medio siglo un pilar de la cultura popular en EE UU. El cómico afroamericano logró romper con las barreras raciales que dominaban Hollywood tras cerrar un acuerdo con la NBC para producir su propia serie. Representó así el puro sueño americano, al demostrar que con talento y esfuerzo se puede llegar muy alto, independientemente de la clase social y del color de la piel.

Ahora todo eso se derrumba en cascada, tras cuatro años de esfuerzos en los tribunales. Cosby consiguió que el primer juicio en su contra fuera declarado nulo porque el jurado no llegó a un acuerdo. No corrió la misma suerte en el segundo y en abril fue declarado culpable de tres delitos penales castigados cada uno con diez años. Los cargos son penetración sin consentimiento, penetración mientras se está inconsciente y penetración tras el suministro de un estupefaciente.

Todo sucedió en su mansión en los suburbios de Filadelfia, en enero de 2004. La exjugadora de baloncesto Costand aseguró que una noche a principios de ese año Cosby la invitó a su casa y le dio unas pastillas que la marearon y permitieron al artista abusar de ella.

Más de 60 mujeres han acusado al cómico de abusar sexualmente de ellas entre los años 1960 y 2000, aunque todos los casos excepto el de Constand no prosperaron por haber prescrito. Cosby y Constand se conocieron en la Universidad de Temple, cuando ella trabajaba como administradora de su equipo de baloncesto. Le consideraba como un mentor y quedaron para hablar de su carrera. Pero como la acusación demostró durante el juicio, el actor aprovechó su carisma y su influencia para cautivar a sus víctimas antes de agredirlas.

Una psicóloga del consejo que evalúa este tipo de conductas explicó en la vista previa a la sentencia que Cosby tiene una urgencia incontrolable por violar a mujeres jóvenes y advirtió al juez de que podría hacerlo otra vez si se le presenta la oportunidad. Kristen Dudley explicó en este sentido que en el caso del actor hay un patrón claro. El acusado se negó a ser evaluado por ella.

La figura de Cosby y su leyenda empezaron a hundirse en diciembre de 2015, cuando la Fiscalía de Norristown decidió presentar cargos contra el comediante antes de que prescribiera la denuncia de Constand. Le llevó a dar el paso que surgieran nuevas evidencias que confirmaban que hubo una violación. Pero la antigua administradora del equipo de baloncesto de Temple era solo una de las 62 víctimas.

Cinco de ellas tuvieron la oportunidad de testificar durante la repetición del juicio, la pasada primavera. Detallaron cómo Bill Cosby las drogó y las agredió sexualmente mientras estaban inmóviles, tras perder el conocimiento. Entre el público en la vista se encontraban Lili Bernard Janice Dickinson, Lise-Lotte Lublin, Therese Serignese y Victoria Valentino entre otras mujeres que dieron el paso al frente.

Andrea Constand colgó antes de la vista un mensaje en Twitter citando un versículo de la Biblia, en el que se podía leer: “Si se enojan, no pequen; no dejen que el sol se ponga aún enojados, ni den cabida al diablo”. La Fiscalía esperaba que otras víctimas pudieran haber intervenido este lunes ante la corte, pero el juez decidió que sus testimonios no iban a cambiar los términos de la condena.