Wangky Arabi Romero es una joven de 23 años que a través de sus ilustraciones y el éxito conseguido con las mismas demuestra que en Nicaragua existe mucho talento en el diseño.
Su pasión por el dibujo comenzó desde pequeña. En esa época recuerda su admiración por una tía con la que vivió toda su infancia. "Ella era como un modelo para mí y como una hermana mayor, pues dibujaba bastante bien, luego continué por mí misma mientras iba creciendo", comenta a tn8.tv.
En ese proceso de crecimiento es que Wangky se fue apegando a las caricaturas americanas pero sobre todo al anime (¿cómo no adorarlo verdad?) Incluso confiesa que sus preferidos eran Sailor Moon y Sakura Card Captor más otros con temáticas de "niñas mágicas", a como las describe. Desde entonces gustó de los trajes coloridos y el detalle en las emociones que denotan los rostros, así como características propias que van desde cabellos de colores distintos hasta cuernos, lo que viene siendo su marca personal.
De niña comenta que tenía una amiga con la que tenían el sueño de vivir en Japón y hacerse mangakas (creador de mangas), así fue que llegaron al punto de inventar sus propias historias en la adolescencia e intentar hacerlas mangas. Fue ese furor interno por el dibujo lo que la llevó eventualmente a decidirse a estudiar diseño gráfico, en donde fue perfeccionando su estilo hasta conseguir su propio sello, aunque admite que esto es un proceso de constante evolución.
"La universidad me hizo ayudar a tomarme más en serio la ilustración y el dibujo. Mis técnicas no eran tan buenas y no tenía noción ni de anatomía ni de composición ni nada, pero la carrera me ayudó a pulir bastantes cosas y adaptarme a la práctica", señala Arabi Romero, quien ahora es parte de un colectivo de ilustradores llamado Kalavera de Gato, organización que comparte con Marlon Hudson y Mariann Espinosa y en donde van impulsando su arte en diferentes ferias y expo ventas. "Tratamos de sacar el máximo provecho a nuestro trabajo sacando stickers con nuestras ilustraciones; póster, bolsos, camisetas, pines y muchas cosas más", apunta Wangky.
Cuando esta diseñadora originaria de Managua se dispone a hacer una nueva creación es toda una experiencia de vida. Todo inicia con la selección de ideas que revolotean su mente hasta el momento que de forma ansiosa y emocionante lo plasma en un sketch, luego raya el boceto porque gusta que se noten esas líneas imperfectas en su obra final, hasta alcanzar la parte del relleno de colores. Ahí utiliza diferentes utensilios como marcadores o tinta china, a veces hasta acuarelas.
Todo ese esfuerzo se ve recompensado cuando recibe las buenas vibras de la gente que gusta de su trabajo y que lo consume, por lo que es una inversión que logra recuperar y que además le hace ganar más personas que conoce sobre lo que a ella le apasiona.
Como todo arte tiene sus retos que van desde conseguir el tiempo suficiente hasta poder ejecutar proyectos de forma constante, como lo de speed draw que tiene en su canal de YouTube. Aún con esos contratiempos Wangky es una chavala entusiasta y optimista, la cual se ve en un futuro continuando este sendero artístico. Incluso aspira a trasladar su talento a paredes de grandes escalas.
"Quiero seguir haciendo lo que hoy en día hago porque me encanta y soy feliz de esta manera (…) Y seguir mejorando día a día, retarme a mí misma que cada pieza que haga va ser mejor que la anterior", finaliza destacando esta enfocada diseñadora nicaragüense.
