Blue Ivy Carter tiene un estilista personal, un chef, un poni y una línea de ropa propia.
Puede que solo tenga seis años, pero Blue Ivy Carter ya sigue los pasos de su madre, Beyoncé, y se ha convertido en una auténtica diva. La hija mayor de la intérprete de Lemonade y el rapero y productor musical Jay-Z ha acaparado la atención de todos desde que el pasado domingo, durante el discurso de Camila Cabello en los premios Grammy, hizo parar los aplausos de sus padres con tranquilidad dando a entender que, según ella, Cabello aún tenía algo que decir y la ovación debía esperar. Un gesto que, además de llenar las redes sociales de vídeos y memes con la niña como protagonista ha dado de qué hablar debido al comportamiento que algunos han catalogado de soberbio y han relacionado con el excesivo lujoso estilo de vida que lleva la hija del que es el matrimonio más rico de la industria de la música.
Pese a su corta edad, Blue Ivy tiene un estilista personal que le elige prendas de marcas de lujo como Gucci o Dolce&Gabbana, su propio chef y un guardaespaldas dedicado a ella las 24 horas. Ya hay planes para que lance su propia fragancia, tiene una línea de ropa deportiva que gestiona la cantante y su valor comercial es tal que su nombre completo está registrado para que nadie se lucre a su costa.
Según revela el diario Daily Mail, Blue Ivy recibió a los dos años un poni como regalo de cumpleaños y son famosas las fiestas de temática Disney que celebra por cada aniversario. A Ivy nunca le falta atención pues, cuando a sus padres les ocupan sus quehaceres profesionales tiene dos niñeras cuidando de ella a tiempo completo. Sus hermanos menores, los mellizos Sir y Rumi que Beyoncé dio a luz el pasado junio, también gozan de este servicio por partida doble cada uno.
En cuanto a la educación, el diario británico asegura que antes de comenzar la escuela, sus niñeras le enseñaron varios idiomas como el francés y el swahili. Actualmente asiste al Centro de Educación Temprana en Los Ángeles, cuya matrícula cuesta entre 17.000 y 22.000 euros al año. En este mismo colegio han estudiado los hijos de Jack Nicholson, Jodie Foster y Barbra Streisand.
La mayor de los tres hijos de Beyoncé y Jay-Z goza de una gran popularidad gracias a sus padres a quienes acompaña a veces a actos públicos y alfombras rojas. Ya es tradición verla aparecer de la mano de su madre y con un estilismo a juego en los premios Grammy, donde acudió por primera vez en 2015. Y es habitual que protagonice la mayor parte de las imágenes que la intérprete de Halo publica en su seguida cuenta de Instagram, donde acumula 110 millones de seguidores.
El rapero y productor musical Jay-Z, que tiene por costumbre utilizar sus canciones para desnudarse personalmente —en una de las canciones de su último disco 4:44 habla de la infidelidad a Beyoncé—, también se sirve de la música para mostrar el orgullo que siente por su primogénita. Cuando nació Blue Ivy, su padre quiso demostrar la felicidad que sentía con la llegada de su hija escribiéndole una canción, que tituló Glory, y en la que revelaba que Beyoncé sufrió un aborto involuntario antes de quedarse embarazada de la pequeña. En la canción se escucha el llanto de la entonces recién nacida. El tema está lleno de detalles personales en torno a la familia, como el hecho de que Ivy fue concebida en París. Un protagonismo que también ha adquirido en su último trabajo, donde la pequeña canta un breve rap en una de las canciones.
Blue Ivy controlling the crowd and the world. #Grammys pic.twitter.com/oWLnRFlvcT
— Carly Heading (@carlyylalaa) January 29, 2018
The icon #BlueIvy has spoken… mom we are not clapping right now #Beyonce #GRAMMYs pic.twitter.com/sF3RS6jqcZ
— Nathalee Allen (@Nattayyyy) January 29, 2018