Chuck Norris sorprendió al mundo a mediados de este año, cuando logró recuperarse luego de haber sufrido dos infartos en un mismo día.
Pero si algo faltaba para que este as del karate se convirtiera en un héroe de carne y hueso era la declaración que acaba de hacer a los medios: decidió abandonar su carrera para acompañar y atender a su mujer, Gena O'Kelley, que está atravesando un grave cuadro de salud, destaca La Nación.
"Acabo de ponerle un punto final a mi carrera como actor. Dedicaré mi vida entera a mantener viva a Gena, mi mujer, eso es lo más importante, que ella continúe con nosotros". Así anunció el actor su retiro en una entrevista concedida a la revista Good Health.
Su esposa padece de artritis y según denuncia Norris fue víctima de una mala praxis que comprometió aún más su salud y le hizo perder ciertas habilidades. "Le dieron una inyección previa a un escaner corporal. Fue en 2013, para comprobar las características de su artritis. La inyección llevaba un contenido metálico llamado gadolinium, que es tóxico y que dañó el sistema nervioso, deteriorándole así los riñones y haciéndole perder habilidades", aseguran los médicos de la mujer. Por eso, siente que un fuerte ardor en todo el cuerpo y debe guardar reposo por varios meses.
Lo cierto es que para intentar paliar esta situación, el matrimonio lleva gastados casi dos millones de dólares en tratamientos. Pero más allá de su presencia constante, Chuck se puso sobre los hombros una campaña contra las empresas que comercializan el metal que, según él, causó un fuerte deterioro en el sistema nervioso de su mujer.
En total, inició demandas por 10 millones de dólares contra 11 compañías farmacéuticas por no avisar sobre los efectos secundarios.
Norris y la ex modelo están casados desde 1998 y son padres de dos hijos: Danilee Kelly Norris y Dakota Alan Norris.