Aunque de cara al exterior Megan Fox parece una especie de madre todoterreno, capaz de ocuparse de tres niños menores de cuatro años -Noah (4), Bodhi (3) y Journey (1)- mientras continúa luciendo el aspecto físico propio del sex symbol que es, la actriz insiste en que de puertas para dentro la situación es muy diferente.
Entre cambios de pañales, tomas nocturnas y pesadillas, la guapa morena afirma sin miedo a exagerar que lleva tanto tiempo como meses de vida tiene su benjamín sin pegar ojo.
"No he dormido en casi un año. No ha habido ni una sola noche en la que haya podido dormir del tirón. Aún estoy dando el pecho y el bebé se despierta todo el tiempo, y después se despiertan los otros dos y entonces me despiertan ellos a mí, y se acaban metiendo en la cama conmigo", ha revelado en conversación con el programa 'Extra'.
Por otra parte, tras este tercer embarazo a Megan le ha resultado mucho más duro que en las ocasiones anteriores recuperar su figura, teniendo que invertir más tiempo en su entrenamiento para acabar obteniendo menos resultado.
"He trabajado muy duro. Esta vez ha resultado todo un desafío y he tenido que salir a dar largos paseos y a correr durante horas. Ha sido terrible", ha admitido.Con ese panorama en perspectiva, parece poco probable que el marido de la intérprete, Brian Austin Green, consiga convencerla para tener un nuevo retoño, con la esperanza de cumplir su sueño de dar la bienvenida por fin a una niña a la familia.
"No estoy seguro, la verdad. Ya tengo cuatro chicos, un quinto sería ya un equipo de baloncesto. Eso sería maravilloso, cierto. Pero yo quiero una hija, me encantaría tener una niña. Me preocupa que si lo intentamos, acabemos teniendo otro hijo. No es que no adore a mis chicos, pero si tuviera otro… no sé si estaría preparado para manejar a cinco", ha confesado el actor -padre de otro hijo de 15 años fruto de una relación anterior- en una entrevista vía Facebook Live para el portal Hollywood Pipeline.