Una joven nicaragüense descubrió desde temprana edad que su vida estaba determinada y encaminada por el yoga, esta práctica que une el ejercicio físico con la meditación y la pureza del alma, llegando a dedicarse de lleno a esta disciplina que la ha llevado a vivir actualmente en Taiwán. A continuación les contamos la historia de Marcela Torres.
Desde pequeña Marcela siempre cuidó de su salud y de estar en forma, algo impulsado también por su familia ya que su mamá la inscribía en clases de danza como salsa, ballet, flamenco y a la vez su abuelita siempre mantuvo interés por ejercicios tipo yoga y taichí. Por si fuese poco, su abuelo estaba inmerso en el boxeo, así que siempre estuvo rodeada de un ambiente en donde poner a trabajar el cuerpo era algo esencial.
Fue así que cuando llegó a sus 23 años se dio cuenta que deseaba dedicar más tiempo a la meditación y el yoga. "Comencé a meditar todos los días y descubrí que el yoga es un ejercicio meditativo con la respiración que te ayuda a fortalecer el cuerpo y quitar la pesadez acumulada, calma la mente, da flexibilidad… y ofrece grandes mejoras en el plano emocional y mental", nos cuenta esta bella mujer originaria de Matagalpa, al norte de Nicaragua. "En cuanto comencé a ver los beneficios quedé enamorada hasta el día de hoy", agrega.
Poder llegar a Taiwán fue algo complicado y es algo que se le dio luego de concentrarse mucho en lograr esa meta, aunque al comienzo pareciera que sería tarea imposible. Sucede que aplicó al menos tres veces por una beca a este país para sacar una maestría y no quedaba en la selección, pero eso no la hizo rendirse de su amor por viajar a este país y empaparse de toda la cultura asiática.
La vida la llevaría a trabajar en diferentes empresas, incluso en uno de los centros turísticos más grandes e importantes de Nicaragua, pero a pesar de su trabajo jamás abandonó el yoga y continuó ampliando sus conocimientos al respecto, hasta llegar a darse cuenta que podía ser instructora de esta disciplina. A partir de ese momento se enfocó en su cometido y sacó dos certificados, uno en Estados Unidos y otro en Costa Rica, por lo que ahora es toda una experta en este tema, siempre buscando cómo más gente aprenda y asimile las bondades que deja esta práctica.
Así como las puertas se le abrieron para poder llegar hasta Taiwán, a esta bellísima joven de 28 años de tez blanca y pelo rizado color café rojizo, seguramente el destino la hará llegar hasta otras naciones que desea conocer, tales como República Checa, Indonesia, China, Vietnam, Filipinas, entre otros, pero eso sí, ya ha logrado pisar tierra en Tailandia, Australia, Argentina, México, Honduras, Costa Rica, Estados Unidos y ahora Taiwán.
Ha emprendido un viaje desde lo más interno de su ser y esa proyección estamos seguros la llevarán a hacer escala en cualquier lugar que determine su mente y corazón.
Marcela recomienda que quienes quieran meterse de lleno en esto sepan bien que es una práctica que requiere concentración y disciplina, así como buena alimentación. "Hay muchos tipos de yoga, la persona debe de encontrar el yoga apropiado a su tipo de personalidad", señala.
Para finalizar, le preguntamos cuál es la mayor enseñanza que le ha dejado el yoga en su vida y nos deja esta reflexión: "Creer en la sabiduría que existe dentro de mí (intuición). Tener más compasión por mí y en los demás… Yoga es una manera de ayudarte a tener nuevas perspectivas más alineadas a tu ser (a Dios), la única manera de entender a Dios es entendiéndote a ti. Todo está adentro, tenemos todo lo que necesitamos adentro pero debemos ver hacia dentro para trascender… el yoga y meditación te dan las herramientas para hacerlo".