Después de que la cantante Mel B ofreciera en el marco de su proceso de divorcio un testimonio lleno de escabrosos detalles sobre su matrimonio de 10 años con el productor Stephen Belafonte, entre los que destacaban los supuestos malos tratos físicos y psicológicos a los que se habría visto sometida por parte del padre de su hija Madison (5), ahora el empresario no solo se ha limitado a negar de forma tajante todas esas acusaciones.
Según informa Telemetro Belafonte ha contraatacado exigiendo al tribunal que la intérprete se haga cargo tanto de las costas del juicio, como de la manutención a la que cree tener derecho por los años en los que, en su opinión, sus oportunidades de trabajo se vieron mermadas al conceder prioridad a la carrera profesional de la artista.
Según el portal de noticias TMZ, el equipo legal de Stephen Belafonte habría facilitado una escueta lista de peticiones al tribunal cuyo cumplimiento sería imprescindible para desatascar el proceso judicial que dio comienzo la semana pasada.
Entre ellas, sin duda destaca el hecho de que el empresario aspira a hacerse con una parte significativa de las ganancias que amasó la cantante durante su década juntos, que se materializaría en una indemnización mensual de la que por el momento no se ha concretado la cantidad.
De la misma forma, Belafonte también le exige el pago de los honorarios de su abogado. Se desconoce a día de hoy si la pareja firmó un contrato prematrimonial antes de pasar por el altar en el año 2007, pero lo que sí han dejado claro ambos durante estos primeros días de disputa legal es que ni siquiera han conseguido ponerse de acuerdo a la hora de fijar la fecha en la que, a su juicio, se hizo efectiva su separación.
Mientras que la ex Spice Girl asegura que la convivencia entre ellos terminó el pasado 28 de diciembre, Belafonte sostiene que su matrimonio se derrumbó oficialmente el 1 de marzo de este año.
En el plano puramente familiar, Stephen Belafonte apuesta por la custodia compartida de la pequeña Madison, lo que contrasta con los intentos de Melanie Brown de hacerse en solitario con la tutela de la niña.
De hecho, la demanda de divorcio que presentó la semana pasada en Los Ángeles incluía la solicitud de una orden de alejamiento que le fue concedida en cuestión de días -como medida preventiva ante los supuestos abusos cometidos por el productor- y que ha obligado a Belafonte a abandonar la casa que compartían en Hollywood Hills y a mantenerse de momento alejada de su ex mujer y su hija.