Laura, una niña hondureña de 8 años, grabó un video de 12 segundos para pedirle al presidente Barack Obama que no la deporten. La pequeña entró al país el 4 de septiembre del año pasado junto a su madre y ambas fueron detenidas por la Patrulla Fronteriza en un punto entre Texas y México.
Señor Presidente, yo tengo una orden de deportación. Yo no puedo ir a Honduras. Yo quiero estudiar aquí, quiero aprender inglés y quiero ser una doctora, dice la pequeña.
La niña tiene orden de deportación con fecha del 28 de septiembre, y a mí me dijeron que para el 1 de octubre, precisa la madre de Laura al teléfono. Pero no podemos irnos porque estamos amenazadas. Allá nos van a matar.
Tras ser detenidas en la frontera cuando intentaban entrar indocumentadas a Estados Unidos, ambas mujeres fueron enviadas al centro de detención de la Oficina de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en Dilley, al sur de San Antonio, Texas.
Ahí estuvimos casi un mes hasta que nos dejaron libres, a mí con un grillete, cuenta la madre. Eso sí, con orden de presentarme ante las autoridades a cada poco y ellos nos visitan un día a la semana.
La Patrulla Fronteriza no deportó a Laura tras ser detenida porque una ley de 2008 lo prohíbe. Conocida como Ley William Wilberforce de Reautorización para la Protección de Víctimas del Tráfico de Personas (TVPRA, por su sigla en inglés), no permite que menores inmigrantes sean expulsados de inmediato, como ocurre con los mexicanos cuando son detenidos.
Deben ser entregados al Departamento de Salud y Servicios Humanos para ser procesados y que un juez de inmigración decida su futuro en Estados Unidos.
Casi al mes de estar en Dilley nos liberaron, recuerda la madre de Laura. Fue a comienzos de octubre del 2015. Me dijeron que tenía que presentarme en cinco días a la oficina de ICE y así lo hice, en Burlington. Pasó el tiempo hasta que en agosto un oficial me dijo que mi hija y yo teníamos orden de deportación.
Nosotras salimos (de Honduras) por violencia doméstica. Teníamos mucho maltrato mis hijos y yo. Ponía denuncias y la policía allá no protege a nadie. Dije que no puedo más y vengo acá y pido ayuda, pero ahora voy a ser deportada. Cuántas veces me ha dicho (el hombre que la amenazó) que me va a matar con todos mis hijos. Les pido que no me vayan a deportar.