Como en todas las relaciones siempre hay uno más vivo que el otro. El que se las deja hacer es el que termina sufriendo, aunque esto no parece importarle a Chepito, que con tal de andar con la Chela, él acepta lo que sea que ella le haga.
Y como era de esperarse, ella se luce a la hora de montársela a Chepito. Comparados, el mejor jugador de fútbol se queda corto a la par de los golazos que le mete cada vez que puede, pero como en la guerra y en el amor todo se vale y ellos son felices jugando, esto es lo de menos.
Pero como reza el dicho, «el que por su gusto muere, que lo entierren de pie», esta pareja jamás va a dejar de llevarles las situaciones más divertidas, en las que cualquier parecido con la realidad, es mera coincidencia, por eso los Rebeldes traen el sketch de La Goleadora.