Hace pocos momentos el papa Francisco descendió del avión que lo trasladó al estado de Chiapas, México, donde fue recibido por el gobernador Manuel Velasco. Miles de personas se formaron en las calles durante la madrugada y muchos durmieron a la intemperie en un estadio deportivo donde el papa Francisco dará una misa en el poblado de San Cristóbal de las Casas, Chiapas.
Las autoridades abrieron las puertas a la 01 de la madrugada. La misa estará dedicada principalmente a las comunidades indígenas del estado.
José Tránsito Aguilar es un campesino tojolabal del de la zona donde se ubican las lagunas de Montebello y tuvo que viajar seis horas hasta San Cristóbal. Él opina que el papa busca la unidad.
El primer papa latinoamericano, quien ya ofreció disculpas el año pasado a los indígenas por las masacres cometidas en su contra en la época colonial, festejará la cultura de las comunidades nativas mexicanas que a menudo los jerarcas de la Iglesia católica del país trataron de restar relevancia.
«Los indígenas de México aún esperan que se les reconozca efectivamente la riqueza de su contribución y la fecundidad de su presencia para heredar aquella identidad que les conviene en una nación única y no solamente una entre otras», destacó el papa el sábado en un encuentro con los obispos de México.
Francisco llega a la mitad de su viaje después de haber llamado la atención a los líderes políticos y a los jerarcas de la Iglesia para que enfrenten los males que corren al país, como la desigualdad, corrupción, violencia y narcotráfico.
«El papa busca la unidad, no hace diferencias entre las personas, dijo José Tránsito Aguilar, un indígena tojolabal. Dijo que viajó seis horas desde su comunidad de Lagos de Montebello.
«Él trae mucha paz, pero depende de los gobiernos que cambie esto», consideró el campesino.
El papa sabe de los desafíos de su Iglesia y de los conflictos ancestrales que ha tenido con los indígenas en Chiapas, un estado que también llama la atención por las grandes bolsas de pobreza. Algunos jerarcas eclesiásticos han visto como una distorsión la mezcla de catolicismo y la cultura autóctona en los servicios religiosos, que incluye el uso de ramas de pino, los huevos y la referencia a «Dios, Padre y Madre».
La incorporación de esos elementos indígenas sí contó con el respaldo del fallecido obispo de San Cristóbal de las Casas, Samuel Ruiz, quien entró en conflicto tanto con la jerarquía eclesiástica mexicana y el Vaticano por esa y otras cuestiones que le valieron el mote de «obispo de los pobres» y defensor de los derechos de los indígenas.
La misa del lunes incluirá lecturas, oraciones y cánticos en las tres principales lenguas indígenas de Chiapas: tzeltal, tzotzil y chol, que son habladas por poco más de un millón de personas, según el último censo nacional.
El Vaticano dijo que Francisco presentará una bula en la que autoriza el uso de lenguas indígenas, en un gesto de concesión de un papa que no se ha abstenido de honrar causas y clérigos otrora marginados.
El papa culmina la jornada con un encuentro con familias en un estadio de fútbol en Tuxtla Gutiérrez, la capital de Chiapas.