Después del castigo que le impusieron, Maxwell Banbury de 19 años tomará el sabio consejo de cuenta hasta 10 cuando sientas que los puños es el único argumento para resolver los problemas.
Y aunque no sean problemas, como lo ocurrido el pasado 15 de marzo en devon, Inglaterra, cuando Max fue con su novia a un bar, como buen macho, Max no baila, así que desde lejitos cuidaba a su novia que tuvo que contentarse con menearse solita. Hasta que llegó Andrew Mason, sujeto que pretendía aplicar el perreo intenso con la dama en cuestión, lo cual como que no le pareció al celoso novio.
Resultado del derechazo recibido, Andrew pasó 10 días en coma y quedó con daños neurológicos.
Por su parte, el agresor recibió una pena de 16 meses de prisión, con suspensión de dos años, después de admitir que se le pasó la mano y eso provocó lesiones corporales graves.
Además tiene que pagar 200 horas de trabajo comunitario y una multa de 1000 libras, las cuales servirán como compensación a los daños que causó a Mason.
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