Solo quien sea digno puede levantar el Mjolnir, el mítico martillo de Thor, Dios de Asgard, o al menos eso es lo que dice la mitología nórdica y también los cómics de Marvel.
Pues no se trata en esta ocasión de algo místico o sobrenatural, sino de una idea que tuvo un sujeto con un réplica del martillo, en este caso un ingeniero, quien lo fabricó con un poderoso imán especial para adherirse firmemente a una superficie de metal; este mecanismo solo se puede desactivar con un lector de huella dactilar, del creador, claro está.