De la misma forma en que muchos echan bala al aire, sin tener en consideración que éstas regresarán con la misma fuerza con la que fueron expelidas, este grupo de genios tuvo la buena idea de hacer volar una llanta.
Por su reacción, parece que creyeron que la llanta no regresaría o lo haría flotando levemente. Pero la física da buenas lecciones y el neumático regresó. Y no en forma de fichas, sino directamente a uno de los automóviles que estaban estacionados en el lugar del torpe experimento.
Por si quieren hacer lo mismo, los sujetos utilizaron tres bolsas de aire para echar por los aires a la llanta.