Un vecino del barrio en Barcelona, España, no pudo aguantar más los cánticos de unos supuestos turistas ebrios a altas horas de la noche y agredió a uno de ellos en la cabeza con la única arma que tenía a la mano: un libro.
Seguramente los gritos de los fanáticos del futbol no dejaban leer en paz al apasionado de los libros.
El joven cayó desplomado al suelo mientras otros dos amigos suyos huyeron asustados.