Entró en la jaula de los cocodrilos y se pegó el susto de su vida. Tras saltar una valla con alambre arboles se metió a la al corral del cocodrilo, porque quería acariciarlo.
Una adolescente quiso desafiar su buena suerte en un zoológico de Monterrey, en el estado mexicano de Nuevo León. «Ale, no. ¡Salte, salte!», le gritó desesperada la mujer que la acompañaba.
Ha tenido mucha suerte de salir viva,
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