Pocho, un cocodrilo gigante de más de cuatro metros y casi cuatrocientos cincuenta kilos de peso, fue durante muchos años el amigo fiel de Chito. Chito, Tico Tarzan o Gilberto Shedden, es un pescador de Costa Rica, conocido y admirado por haber sido capaz de crear un vínculo con este feroz animal.
Chito encontró a Pocho cuando éste todavía era pequeño, en el río Reventazón, herido por una bala de un granjero que temía por su ganado. Con mucha disposición, voluntad y cariño, Chito cuidó de Pocho durante tres años, que fue el tiempo que le tomó a este cocodrilo gigante recuperarse de sus heridas.
Una vez recuperado, el pescador intentó soltarlo en un río cercano, pero Pocho se resistió a volver a la vida salvaje. El cocodrilo no solo respondía cuando llamaban su nombre, si no que también generó una relación de afecto con su salvador, vínculo nunca antes visto entre un hombre y un reptil.